De Julio, no se lo pierdan.
Admito con total candidez que supera ampliamente mi capacidad de entendimiento la resistencia que generan estas cuestiones tan de Perogrullo en sociedades resistentes al desarrollo como Argentina:
Ya en 1776 señalaba Adam Smith que los países no progresan en lo económico, cuando el gobierno no garantiza una adecuada administración de justicia, el derecho de propiedad y el cumplimiento de los contratos. En similar dirección nuestro gran Alberdi lo complementó con la libertad de las creencias, la estabilidad de la moneda, la libertad de los intercambios; la protección de los habitantes contra la arbitrariedad de los gobernantes y la voracidad expoliatoria del fisco. Destacaba Alberdi que nuestra Carta Magna abrazó la libertad económica como doctrina fundacional; que el gobierno no crea riquezas (aunque puede crear las condiciones para generarlas), sino los particulares. Bellamente lo expresa con estas palabras:"...¿qué exige la riqueza de parte de la ley para producirse y crearse? Lo que Diógenes exigía de Alejandro: que no le haga sombra...". Acorde con esa postura, el Estado debe concentrarse en legislar, juzgar y gobernar, limitando su intervención en la economía al mínimo indispensable, pues la prosperidad es obra espontánea de la acción individual.
Excelente. Me permito transcribir esta nota al pie del post original:
ReplyDelete[14] Se atribuye a Talleyrand, en ocasión de enterarse de un crimen, haber dicho, “es peor que un crimen, es un error”. Sin compartir en nada su cinismo, deploro que muchos de nuestros políticos y dirigentes estén tan equivocados; y lo más grave, que estén sinceramente equivocados.