Mecanismos mentales para poder seguir viviendo con el fracaso

Fíjense que en cuanto empieza a ser dolorosamente obvio que los resultados concretos van exactamente en el sentido contrario de las intenciones y/o anuncios, enseguida aparece la apelación a lo esotérico, a lo que no se puede medir.

En los albores del “modelo”, la cantinela era lo de la dignidad. ¿Se acuerdan del tristemente célebre “pobre pero digno”?

Ahora es la soberanía. Dentro de unos años, la perrada nacional y popular te dirá, como de Rosas, "los Kirchner habrán dejado un tendal de miseria y atraso e hipotecado el futuro del país pero supieron defender nuestra soberanía”.

A los argentinos el mereciómetro siempre les da bárbaro.