May 21, 2012

¿Por qué tanta gente saltó como leche hervida ante el intento de aumento de las retenciones?

¿Y no se le movió un pelo con todo lo que vino después, ni con la confiscación de los fondos jubilatorios ni ahora con el "corralito" cambiario, sobre todo teniendo en cuenta que lo que vino después era mucho más grave y afectaba directamente a una mayor cantidad de gente?

Y bueno, no se puede vivir indignado todo el tiempo.

6 comments:

  1. Es incomprensible. Podés agregar que, antes del fallido aumento de las retenciones, cuando inventaron el corralito y el corralón, miles de personas iniciaron amparos para recuperar sus depósitos.
    Después de eso a todos los aportantes les afanaron la plata depositada en sus cuentas de las AFJP y nadie dijo nada. Ahora sin norma escrita que fije parámetros y sin autoridad para hacerlo, el fisco te prohibe comprar moneda extranjera y nadie dice nada. Un día la presidente intervino por decreto una sociedad anónima privada (como hacían los reyes absolutistas) y no solo a nadie le importó, sino que el congreso entero lo festejó.
    Yo tampoco lo entiendo. ¿Será el síndrome de Estocolmo?
    Tengo la leve esperanza que, como ocurrió en Tunez, donde un comerciante harto del costo burocrático se prendió fuego a sí mismo, un día salte una chispa que haga reaccionar a la masa adormecida.

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    1. Nacho, nunca, pero nunca, lo voy a terminar de entender. Tira de bruces aquello de que los argentinos sólo saltan cuando les tocan el bolsillo.

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    2. En mi opinión esa falta de reacción es lo más grave de estos tiempos. Que haya un/a loco/a dispuesto/a a todo no sería tan grave como que el 80 % de los habitantes estén contentos con esa locura.
      Creo que si esta gente un día deja el gobierno debería armar una agencia de publicidad. Son capaces de vender cualquier porquería.

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    3. Lo que cuenta son las intenciones, no lo olviden.

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  2. Esta puede ser una buena aproximación, "La obediencia querida". Enrique Valiente Noailles http://www.lanacion.com.ar/1474427-la-obediencia-querida

    "En cualquier caso, seguimos habitando, después de años, en un modelo que no produce alteridad. Para ello hay dos hipótesis: o no hay una oposición que despierte el deseo de la gente, o no hay deseo de la gente de que cobre cuerpo una oposición. La primera hipótesis adscribe a una visión de que se quiere un cambio pero que hay impedimentos para ello, la idea de un hartazgo que no ha encontrado un vehículo para exteriorizarse. Es la versión más tranquilizadora. La segunda versión es la de una sociedad sin máscaras que está a gusto con su destino de obediencia querida. Versión menos cómoda, pero acaso más verosímil".

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    1. Me temo que la que más se acerca a la realidad es la segunda.

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