Viaje por Angola

El nuevo socio comercial de la Argentina Potencia kirchnerista. Muchas gracias a Muñeco de Basural por la primicia. Sigue en otros posts, en la tradición seriada, para que no se haga tan largo de golpe:

Y acá estoy, sentado en la habitación del hotel. Me pagué una suite, por supuesto, como es mi costumbre. Así que puedo disfrutar el gran lujo de un baño privado. UN FUCKING BAÑO PRIVADO. Con las mismas carencias de cualquier hotel medio pelo de nuestro país, los mismos televisorcitos con 3 canales de aire, pero con baño privado. No tiene teléfono. No tiene Internet, olvídense. El pasillo tiene olor a cloaca, y el desayuno… mi Dios, el desayuno. Y acá no quiero ser muy duro, pero tranquilamente podría encargar que me lo preparen tres babuinos con retraso mental severo y me juego la cabeza que serían más eficientes.

Mientras estoy acá en el interior y como son pocos días, me estoy manteniendo a sangüichito, cerveza y jugo. Pero hoy me desperté kamikaze y desayuné imprudentemente en el hotel. Tomé un café instantáneo (obvio, preparado por mí mismo) que espero sea con agua libre de fiebre tifoidea, acompañado por huevos fritos y chorizo. Todo muy refrescante digamos, porque estaba helado. Yo le pongo onda y no quiero mariconear, pero podrían servirlos tibios aunque sea.

Bueno, algunas observaciones de acá y de Luanda:

• He visto que en Angola hay gente que no cierra las puertas. Entran a un restaurante con aire acondicionado y ni siquiera la arriman. Quizá piensan que las puertas son extravagancias de putos y europeos que se bañan, no sé. Ya lo vi muchas veces. Viendo donde viven puede que tenga que ver con el hecho que las casas de adobe no tengan puertas, qué sé yo.

• Llegó la luz a [BERABEVU]!!!! Sras y Sres: con ustedes…. La energía eléctricaaaaa!!!! Resulta que tengo que alejarme de Luanda 400 kilómetros para no volverme loco con el ruido de los generadores de la capital. El mundo del revés.

• Cuando digo que soy argentino me dicen Maradona o Messi. No sé con qué quedarme: si con un drogón o un pecho frío. Má sí, empiezo a decir que soy uruguayo, no los conoce nadie.

• Nota para futuros proyectos: estando de viaje, no abrir un paquete de papitas Lays 2 minutos después de que el motorista se baje a orinar, atender al siguiente cuadro de Análisis de Riesgo:

EL camino a [BERABEVU] tiene dos partes: una, donde hay rutas muy buenas, donde se puede ir con mucha velocidad y en forma segura. Se llega muy rápida y placenteramente al medio de la nada, para después continuar por caminos de mierda. Eso sí, con unos paisajes muy buenos. Evidentemente en el viaje anterior fui dormido, porque es realmente llamativo el paisaje con sus cerros y valles, algo parecidos a Misiones o partes del sur de Brasil. Y con negros auténticos, todo muy folklórico.

• El baño y el aseo personal parece que también se considera una extravagancia. Es cierto que las condiciones de vida son una auténtica mierda. Y no solo en las aldeas, lo cual es más o menos lógico para una economía de subsistencia, sino también en las ciudades y villas. Sin luz, con pisos de tierra, descalzos. Nada diferente a nuestros tobas, guaraníes o wichis, por otra parte.

• Gran parte de la población urbana (que es gran parte de la población angoleña) vive de la venta callejera. En la calle se consigue cualquier cosa. Es una organización social cuasi medieval donde se arma un mercado para distribuir géneros, comida, teléfonos celulares, muebles. Un hormigueo constante de gente acarreando sobre las cabezas todo tipo de productos. Cuántos candados por día puede vender un tipo que ofrece 30 candados todos iguales? Y además no es el único, puede haber otros 50 mercachifles ofreciendo lo mismo.

• La población rural, aquella que “mora no mato”(vive en la selva), produce en pequeñas parcelas gran variedad de alimentos, en esta zona es muy común cultivar mijo, banana, ananá, mango, entre otros. Se ven muchos cabritos y algunos pollos, pero vacas hay pocas y hasta el momento no vi chanchos (salvo el chancho hijo de puta que nos metió una multa).

• Hablando de la ley, una de mis tareas era tomar contacto con las autoridades policiales. Para el desprevenido que crea que mi concepto de contactar a las autoridades es hacerme meter una multa, le digo que se equivoca mucho. Coimeros, ineptos y necios. Me hicieron sentir en casa. Hoy defino si pago la multa o no, pero ni en pedo los cometeo (te piden “la gaseosa”). Si abro esa puerta después nos van a volver locos. Así que no me importa hacer un escándalo diplomático, pero esa coima no se hace!!!! He dicho. Y no es un dilema moral, es pragmatismo. No quiero tener una turba de funcionarios pidiendo gaseosas, después terminás implorando y pagando coima hasta para que no llueva.

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