La verdad que no entiendo su obsesión por cómo llama la gente a esta yegua mal parida, aborto del Infierno, revenrendísima hija de mil millones de putas, basura subhumana. ¡Cambiaría algo si un periodista escribiera el artículo más duro y lúcido contra el Kirchnerismo, si cada vez que se refiere a ella le llama: corazoncito?
Opino que el uso del nombre de pila de una persona es un poco subestimarla. Se usa con los niños cariñosamente y con los subordinados (personal de servicio y accesorios) pero nunca con un superior o persona digna de respeto y/o admiración y/o temor. A nadie se le podría ocurrir llamar por su nombre a aquel a quien se debe obedecer.
Los medios no hacían lo mismo con Alfonsín, Menem ni De la Rúa. Empezó con Kirchner.
Para mí es claramente hacerle el juego a la propaganda oficialista. “Cristina", Evita, Fidel, Evo. Creo que contribuyen a la identificación de mucha gente a través de la familiaridad que genera el tratamiento por el nombre de pila.
El mensaje es básicamente la viuda se podrá equivocar mal, pero en el fondo sus intenciones son buenas.
O sea que si yo escribo un artículo titulado "Cristina: una de las peores presidencias o la peor presidencia". Para usted el hecho de llamarla Cristina, ¿hace que quien lo lea recciba una suerte de mensaje codificado que hace que el lector saque conclusiones totalmente contrarias a las que propone el autor? El hecho de que nadie le diga Presidente de la Nación cada vez que la mencionan, es que muchos ya le perdieron el respeto, y no lo tuvieron nunca. ¿Por qué hay que mitificar al presidente? Es un ser humano como todos, no una entidad abstracta. Que yo recuerde, a De La Rúa lo llamaban por el nombre, lo mismo con Menem. Tal vez me falle la memoria. Para terminar, son los secuaces, por lo general, quienes llaman a sus líderes con nombres y títulos ridículos, a Castro le dicen Comandante, a la Perona "la Señora", a Evo "Ekeko", a la Yegua "Comapañera Coraje". Me parece que usted lee demasiado entre líneas.
Louis , en esta no estoy con vos. Para mi el hecho de llamarla por el nombre no la hace mas "querible". A mi me causan asco Isbelita , Evita , Cristina y el Che. Y sin embargo no me refiero a Eva Duarte , a Maria Estela martinez ni Ernesto Guevara. Y por el contrario , me gustaba Menem y no me referia a el como "Carlitos".
No es así. A todas las mujeres de cierta importancia en la política argentina se las llama por el nombre de pila. (Evita, María Julia, Isabelita, Cristina, Adelina,etc) No sé la razón de esta costumbre. Habrá que preguntarle a algún sociólogo, psicólogo o analista político.
El tratamiento por el nombre de pila, el primer nombre, se le da a la realeza.
No se llama a la Reina del Reino Unido: Missis Winsor. No se llama al Rey de España: Sr. Borbón. Ni a su Reina Doña Apellido de Austria. Se los denomina: La Reina Isabel, El Rey don Juan Carlos, la Reina Sofía (El museo se llama "Reina Sofía".). La Princesa es Carolina de Mónaco. El Príncipe -de Gales- es Carlos. Esto tiene su lógica: Se conoce de sobra el apellido de la familia real -los Borbones, p.ej.- y el mismo no diferencia a los individuos de la misma. Lo que los diferencia es el nombre propio, no el apellido.
Así de la familia Kichner tenemos: Néstor, Cristina, y la suceción: el delfín Máximo y Florkey.
Inclusive el trato por el nombre, asimilado a lo monárquico puede ser malicioso. De alguna forma puede entenderse cómo: La Reina Cristina. Por otra parte nuestras Constituciones siempre le dieron al Presidente un poder bastante parecido al de un monarca. Y a los argentinos ¡qué va! siempre los sedujo una mano fuerte, autoritaria, despotica, así fuera benévola, que luchase contra el mal e implantara justicia. No otra cosa es, por ejemplo y cabalmente, "el relato".
Supongo que es difícil darse cuenta de lo que dije en Argentina, ya que no se tiene familiaridad con el trato dado a los miembros de las monarquías, que si hay en Europa.
Es posible, es innegable la herencia cultural monárquica española, pero más me inclino a pensar que desde Evita se instaló adrede lo del uso del nombre de pila y hasta del alias para lograr un efecto sentimental de identificación con el líder de turno, “éste es uno de los nuestros, lo llevo en el corazón”. Para mí es una técnica fascista de manual.
Creo que hay que recordar que, en español, el uso del nombre de pila concede al interlocutor un grado de confianza cercano a la familiaridad, hace más próximo a la figura política o deportiva al que le es aplicado y la gente que lo emplea lo percibe como más cercano. No es casual que las fans de un actor o actriz la llamen por el nombre cuando la ven pasar, no he visto a ningún actor al que el público le diga Señor Zultano o Señora Mengana, siempre se les grita su nombre. Lo mismo ocurre con el uso de diminutivos que suena a que el aludido es parte querida y próxima a la familia o a los amigos.
En cambio, en la cultura europea este tipo de tratamiento no se emplea nunca con figuras políticas, literarias, académicas o científicas, pero sí es habitual tratándose de actores, deportistas o personajes de la farándula en general.
En EE.UU. el tratamiento formal está siempre presente cuando alguien se dirige a un Presidente, Senador o Representante, así como a los Secretarios de Estado. Solamente los íntimos amigos o colaboradores de John Kennedy le decían Jack en privado y nunca en público en que era Mr. President. Con Johnson, Nixon, Eisenhower, Roosevelt, y todos los demás pasaba lo mismo. Solamente la prensa opositora o los políticos opositores podían mencionar irónicamente un nombre de pila o apodo.
En las monarquías europeas, disiento con Don Freeman porque no menciona el tradicional Su Majestad, y sus variantes según el país de que se trate, salvo en España donde a veces la prensa habla "del Don Juan Carlos o de Doña Sofía", pero el uso del Don es una manifestación de respeto a la investidura real. Nadie tutea al monarca ni deja de dirigirse a él en tercera persona, en tanto que el monarca puede tutear a todo el mundo.
La excepción fue Kirchner cuando en su primera visita oficial se dirigió a Don Juan Carlos diciéndole "Che, Rey" en una recepción oficial. estro salió publicado en los diarios españoles y, por amigos hispanos, sé que el rey se lo tomó con mucho sentido del humor, no así los funcionarios españoles...
Es cierto que hay un tratamiento de tercera persona en las monarquías europeas en el apelativo real o nobiliario que precede al nombre. Y que el tratamiento dado a una persona pública por la prensa es, en general, respetuosísimo, aun cuando se la trate por el nombre propio y no por el apellido. Esto es así cuando más sajones y nórdicos son. El uso en el tratamiento del nombre no quita respeto, ya que se realiza en tercera persona, se le antepone la investidura y es respetuoso en su construcción formal y retórica. Pero (¡Oh, Dios, el adversativo!) todo eso no quita sino que apoya lo que sostengo. No estamos en Europa. La prensa y la gente no tienen ni la más pálida idea del tratamiento europeo y del respeto y etcéteras de la situación. Estamos en Argentina. Todo se rebaja y se desprecia en el trato y la lengua cotidiana y vulgar -Y la prensa argentina es vulgar, aun La Nación. Sí, es así, miren bien. Hay que joderse. Por lo tanto: El trato "es como sí" pero no es "así". El tratamiento por el nombre alude al carácter monárquico, pero confianzudo y rebajado, degradado. Es un monarca a la medida local. Estan correctísimas las distinciones que usted hace. De hecho yo las tenía claras. Pero no funcionan en el ámbito local. Esto siempre fue una mala copia de aquello. Las sutilesas y distinciones se pierden.
No descarte mi hipótesis. Lo fáctico la comprueba.
Y eso que todavía no se me da por hablar de "menarquía".
Attenti, que hubo/hay otras mujeres del quehacer político a las que se las llama por el nombre de pila, caso Condoleezza (Rice) -a quien hasta le han dicho Condi-, Hillary (Clinton), Jackie (Kennedy/Onassis)... No así a Sarah Palin, a quien la nombran por el apellido o con el nombre completo.
Tal vez también tiene que ver con la facilidad-comodidad de llamar sólo por el nombre, además de la familiaridad.
Porque mientras Kirchner vivió se lo llamaba por el apellido (su mujer y actual presidente lo hacía así, hasta en la intimidad, inclusive), luego se "inmortalizó" en Néstor y, para los que entran en trance místico, Él.
La prensa siempre hace estos jueguitos, la restricción para el retiro de dinero de los bancos TN lo llamó corralito, un nombre inocente para una TURRADA, cuando había que imponer para las presidenciales a Cristina Kirchner Clarín, si la corpo, la llamó CFK, son sutilezas del lenguaje para que caiga mas simpatico el personaje o la medida. Hay mas ejemplos.
La verdad que no entiendo su obsesión por cómo llama la gente a esta yegua mal parida, aborto del Infierno, revenrendísima hija de mil millones de putas, basura subhumana. ¡Cambiaría algo si un periodista escribiera el artículo más duro y lúcido contra el Kirchnerismo, si cada vez que se refiere a ella le llama: corazoncito?
ReplyDeleteOpino que el uso del nombre de pila de una persona es un poco subestimarla. Se usa con los niños cariñosamente y con los subordinados (personal de servicio y accesorios) pero nunca con un superior o persona digna de respeto y/o admiración y/o temor.
ReplyDeleteA nadie se le podría ocurrir llamar por su nombre a aquel a quien se debe obedecer.
Depende, todo depende. Algunos soldados israelíes llaman por sus nombres a sus superiores, pero claro, allá todos van al frente, del primero al último
ReplyDeleteLos medios no hacían lo mismo con Alfonsín, Menem ni De la Rúa. Empezó con Kirchner.
ReplyDeletePara mí es claramente hacerle el juego a la propaganda oficialista. “Cristina", Evita, Fidel, Evo. Creo que contribuyen a la identificación de mucha gente a través de la familiaridad que genera el tratamiento por el nombre de pila.
El mensaje es básicamente la viuda se podrá equivocar mal, pero en el fondo sus intenciones son buenas.
O sea que si yo escribo un artículo titulado "Cristina: una de las peores presidencias o la peor presidencia". Para usted el hecho de llamarla Cristina, ¿hace que quien lo lea recciba una suerte de mensaje codificado que hace que el lector saque conclusiones totalmente contrarias a las que propone el autor?
DeleteEl hecho de que nadie le diga Presidente de la Nación cada vez que la mencionan, es que muchos ya le perdieron el respeto, y no lo tuvieron nunca. ¿Por qué hay que mitificar al presidente? Es un ser humano como todos, no una entidad abstracta. Que yo recuerde, a De La Rúa lo llamaban por el nombre, lo mismo con Menem. Tal vez me falle la memoria.
Para terminar, son los secuaces, por lo general, quienes llaman a sus líderes con nombres y títulos ridículos, a Castro le dicen Comandante, a la Perona "la Señora", a Evo "Ekeko", a la Yegua "Comapañera Coraje". Me parece que usted lee demasiado entre líneas.
Louis , en esta no estoy con vos. Para mi el hecho de llamarla por el nombre no la hace mas "querible". A mi me causan asco Isbelita , Evita , Cristina y el Che.
ReplyDeleteY sin embargo no me refiero a Eva Duarte , a Maria Estela martinez ni Ernesto Guevara.
Y por el contrario , me gustaba Menem y no me referia a el como "Carlitos".
Nicolás y Pérez, gays! En serio, sí, puede ser.
ReplyDelete¿Qué? ¿Qué soy homosexual?
DeleteNo es así.
ReplyDeleteA todas las mujeres de cierta importancia en la política argentina se las llama por el nombre de pila. (Evita, María Julia, Isabelita, Cristina, Adelina,etc)
No sé la razón de esta costumbre. Habrá que preguntarle a algún sociólogo, psicólogo o analista político.
Zulemita, Carlitos, Carlitos Nair, Aito, Antonito. Con los hijos (de mil putas) pasa lo mismo, no empezó con Florkey y el Gordo Pajero.
ReplyDelete¡LO TENGO LO TENGO LO TENGO!
ReplyDeleteEl tratamiento por el nombre de pila, el primer nombre, se le da a la realeza.
No se llama a la Reina del Reino Unido: Missis Winsor. No se llama al Rey de España: Sr. Borbón. Ni a su Reina Doña Apellido de Austria. Se los denomina: La Reina Isabel, El Rey don Juan Carlos, la Reina Sofía (El museo se llama "Reina Sofía".).
La Princesa es Carolina de Mónaco. El Príncipe -de Gales- es Carlos.
Esto tiene su lógica: Se conoce de sobra el apellido de la familia real -los Borbones, p.ej.- y el mismo no diferencia a los individuos de la misma. Lo que los diferencia es el nombre propio, no el apellido.
Así de la familia Kichner tenemos: Néstor, Cristina, y la suceción: el delfín Máximo y Florkey.
Inclusive el trato por el nombre, asimilado a lo monárquico puede ser malicioso. De alguna forma puede entenderse cómo: La Reina Cristina.
Por otra parte nuestras Constituciones siempre le dieron al Presidente un poder bastante parecido al de un monarca.
Y a los argentinos ¡qué va! siempre los sedujo una mano fuerte, autoritaria, despotica, así fuera benévola, que luchase contra el mal e implantara justicia. No otra cosa es, por ejemplo y cabalmente, "el relato".
Supongo que es difícil darse cuenta de lo que dije en Argentina, ya que no se tiene familiaridad con el trato dado a los miembros de las monarquías, que si hay en Europa.
Es posible, es innegable la herencia cultural monárquica española, pero más me inclino a pensar que desde Evita se instaló adrede lo del uso del nombre de pila y hasta del alias para lograr un efecto sentimental de identificación con el líder de turno, “éste es uno de los nuestros, lo llevo en el corazón”. Para mí es una técnica fascista de manual.
DeleteAsí que… ¡estoy con vos, compañero Luisito!
Gus VF
Doña Cristina de Tolosa.
DeleteGus, para mí es muy claro.
DeleteInsisto, le están haciendo el jueguito al régimen. De ninguna manera da lo mismo titular “Cristina” que la “Presidente Fernández”.
DeleteYo pensaba que era "Cristina Iª del Calafate".
DeleteCreo que hay que recordar que, en español, el uso del nombre de pila concede al interlocutor un grado de confianza cercano a la familiaridad, hace más próximo a la figura política o deportiva al que le es aplicado y la gente que lo emplea lo percibe como más cercano. No es casual que las fans de un actor o actriz la llamen por el nombre cuando la ven pasar, no he visto a ningún actor al que el público le diga Señor Zultano o Señora Mengana, siempre se les grita su nombre. Lo mismo ocurre con el uso de diminutivos que suena a que el aludido es parte querida y próxima a la familia o a los amigos.
ReplyDeleteEn cambio, en la cultura europea este tipo de tratamiento no se emplea nunca con figuras políticas, literarias, académicas o científicas, pero sí es habitual tratándose de actores, deportistas o personajes de la farándula en general.
En EE.UU. el tratamiento formal está siempre presente cuando alguien se dirige a un Presidente, Senador o Representante, así como a los Secretarios de Estado. Solamente los íntimos amigos o colaboradores de John Kennedy le decían Jack en privado y nunca en público en que era Mr. President. Con Johnson, Nixon, Eisenhower, Roosevelt, y todos los demás pasaba lo mismo. Solamente la prensa opositora o los políticos opositores podían mencionar irónicamente un nombre de pila o apodo.
En las monarquías europeas, disiento con Don Freeman porque no menciona el tradicional Su Majestad, y sus variantes según el país de que se trate, salvo en España donde a veces la prensa habla "del Don Juan Carlos o de Doña Sofía", pero el uso del Don es una manifestación de respeto a la investidura real. Nadie tutea al monarca ni deja de dirigirse a él en tercera persona, en tanto que el monarca puede tutear a todo el mundo.
La excepción fue Kirchner cuando en su primera visita oficial se dirigió a Don Juan Carlos diciéndole "Che, Rey" en una recepción oficial. estro salió publicado en los diarios españoles y, por amigos hispanos, sé que el rey se lo tomó con mucho sentido del humor, no así los funcionarios españoles...
Léase "...la prensa habla DE Don Juan Carlos", no "DEL" Don Juan Carlos como erróneamente escribí.
ReplyDeleteDon Enmascarado:
ReplyDeleteEs cierto que hay un tratamiento de tercera persona en las monarquías europeas en el apelativo real o nobiliario que precede al nombre. Y que el tratamiento dado a una persona pública por la prensa es, en general, respetuosísimo, aun cuando se la trate por el nombre propio y no por el apellido. Esto es así cuando más sajones y nórdicos son. El uso en el tratamiento del nombre no quita respeto, ya que se realiza en tercera persona, se le antepone la investidura y es respetuoso en su construcción formal y retórica.
Pero (¡Oh, Dios, el adversativo!) todo eso no quita sino que apoya lo que sostengo.
No estamos en Europa. La prensa y la gente no tienen ni la más pálida idea del tratamiento europeo y del respeto y etcéteras de la situación. Estamos en Argentina. Todo se rebaja y se desprecia en el trato y la lengua cotidiana y vulgar -Y la prensa argentina es vulgar, aun La Nación. Sí, es así, miren bien. Hay que joderse.
Por lo tanto: El trato "es como sí" pero no es "así". El tratamiento por el nombre alude al carácter monárquico, pero confianzudo y rebajado, degradado. Es un monarca a la medida local.
Estan correctísimas las distinciones que usted hace. De hecho yo las tenía claras. Pero no funcionan en el ámbito local. Esto siempre fue una mala copia de aquello. Las sutilesas y distinciones se pierden.
No descarte mi hipótesis. Lo fáctico la comprueba.
Y eso que todavía no se me da por hablar de "menarquía".
Attenti, que hubo/hay otras mujeres del quehacer político a las que se las llama por el nombre de pila, caso Condoleezza (Rice) -a quien hasta le han dicho Condi-, Hillary (Clinton), Jackie (Kennedy/Onassis)...
ReplyDeleteNo así a Sarah Palin, a quien la nombran por el apellido o con el nombre completo.
Tal vez también tiene que ver con la facilidad-comodidad de llamar sólo por el nombre, además de la familiaridad.
Porque mientras Kirchner vivió se lo llamaba por el apellido (su mujer y actual presidente lo hacía así, hasta en la intimidad, inclusive), luego se "inmortalizó" en Néstor y, para los que entran en trance místico, Él.
La prensa siempre hace estos jueguitos, la restricción para el retiro de dinero de los bancos TN lo llamó corralito, un nombre inocente para una TURRADA, cuando había que imponer para las presidenciales a Cristina Kirchner Clarín, si la corpo, la llamó CFK, son sutilezas del lenguaje para que caiga mas simpatico el personaje o la medida. Hay mas ejemplos.
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