Seguimos igual, o peor

Ayer a la mañana me tocó cubrir una "toma de escuela", la N.° 13 "Coronel de Marina Tomás Espora", en la zona de Liniers, a escasas tres cuadras de la Iglesia de San Cayetano, Patrono del Trabajo. Podía ser una nota más, como las tantas que tenemos últimamente, ya que se están cerrando grados por falta de alumnos, y bueno, según el informe del Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad, por ese motivo también se podrían cerrar escuelas. Concurrieron diputados de la Ciudad, Madres de Plaza de Mayo, representantes de agrupaciones sociales, etc.

Pero para llegar, rápido, seguro, cómodo, se me dio por viajar en tren. Sí, en tren. Y en el FF.CC. Sarmiento, el del desastre de Once. Bueno, salí de Once y grande fue la sorpresa que al transitar por los vagones me encontré en uno que tenía la misma temperatura ambiente, o sea 6 grados. Es decir, un poco fresco como para viajar, sobre todo en invierno. Es decir, no tenia ventanas, estaba sin luces, le faltaban chapas en los revestimientos del coche y a la vista los engranajes que abren y cierran las puertas.

Me puse a charlar con un pasajero - Enrique - "todo sigue igual o peor", "trenes que no salen y tenés que tomar otro sin dar explicaciones", "Yo viajo a Capital a las 6,30 hs, así que trato de evitar este tipo de coche que no tiene ventanas, solamente un agujero".

El viaje se hizo corto, pero triste por ver la realidad tan cruda, sin soluciones o por lo menos mejoras para el usuario. Es como que el desastre ocurrido es parte del "folklore de cada día", como que en cualquier momento te toca a vos. Allí surgen los comentarios de la empresa o del Gobierno. "La culpa es del motorman, de los pasajeros que se apuran para bajar y se corren al primer vagón, etc, etc, etc."

Nos estamos acostumbrando a vivir mal, a viajar mal, y sin futuro.

El Gran Alberto