Es que si las personas encargadas de ponerlos en práctica no son virtuosas, no hay sistema que aguante, aún si se trata de los mejores.
La inserción de Argentina en la modernidad en la segunda mitad del siglo XIX no se debió a la Constitución de 1853-60 sino a una corporación política que – por el motivo que sea, muy probablemente por cura de espanto - estuvo a la altura de las circunstancias y la aplicó lo más a rajatabla posible.
El proceso se agotó en cuanto apareció un sector político dispuesto a no tomársela tan en serio primero, pasársela por el perineo con premeditación y alevosía después.
Sin una corporación política dispuesta a cumplirlos, los contratos de convivencia de este tipo constituyen, en el mejor de los casos, un práctico material para forrar la jaula del canario. ¿Cómo se explica sino que Perón haya sido capaz de hacer todas las barbaridades de neto corte nacional socialista que hizo cuando en teoría el país todavía estaba organizado bajo la misma constitución?
Nota: hablo de corporación política y no de “pueblo” o electores porque en la América latina (por llamarla de alguna manera) la democracia liberal no surgió de abajo hacia arriba, como en la anglosajona, sino al revés. Fue adoptada (en algunos casos impuesta) desde arriba y, por lo menos hasta ahora, nunca terminó de hacerse carne abajo.
Teclado racista, el de la foto...
ReplyDeleteMe encantó el tecladito que tiene la máquina de juegos esa. ¿Tiene sensibilidad y after-touch?
ReplyDeleteBTW: La Constitución actual, que es la última de todas las que vinieron después de la del 49, sigue el modelo de ésta. Es decir: Es una Constitución fascista. Muchos de sus artículos están en el espíritu, sino directamente en la letra, de la "Carta del Lavoro" de Musollini.
Es la actual Constitución la que permite convertir al presidente en un monarca virtual y acabar con la división de los Poderes del Estado.
Ya no es necesario defecarse ilegalmente en la Constitución Nacional, la misma permite que esto se haga en forma legal.
La Constitución de 1853 fue pervertida en la práctica por los conservadores -se la mantuvo pero no se la respetó- y en la letra por los peronistas y subsiguientes gobiernos -se la cambió, transformando y contradiciendo su espíritu original.
La Constitución que tenemos hoy en día es un collage de posiciones contradictorias entre sí. Es liberal y fascista, a la vez.
(Ustedes ¿pueden creer que hay un artículo introducido por un radical, ex-anarquista, Crisólogo Larralde, en 1957 bajo la Libertadora que regala derechos populistas a los sindicatos? Cosas habrá visto el cristiano, m'ijo.)
Por demás: Mayoritariamente "las leyes que implementan sus artículos" la contradicen o niegan los derechos que ella afirma o los tornan amgiguos, susceptibles de interpretaciones caprichosas.
Un último dato: Por ahí tengo un libro que comenta las Constituciones de la mayoría de los países del mundo. La de Argentina tuvo 20 (veinte) reformas desde su sanción original.
Prácticamente cada gobierno la reforma a su antojo.
"Estamos como estamos, porque pensamos como pensamos...Son las creencias, estúpido !"
ReplyDeletehttp://economiaparatodos.com.ar/ver_nota.php?nota=3632