Jul 16, 2012

El peronismo como patología social, parte I

(De Gustavo VF, escrito en 2003, lo voy a colgar en varias partes por su extensión. Va la primera.)

Lo que en Argentina se nombra como peronismo no es una ideología ni un partido político; peronismo es el nombre de una grave patología social.

Las sociedades, más allá del régimen político que adopten, siempre se establecen a raíz de algún mito fundacional. Es el punto de partida de una trama simbólica, de una tradición. Producto de los acontecimientos y de la evolución histórica y cultural de sus miembros, esta trama incide fuertemente en las relaciones sociales, articulando creencias, costumbres e identidades y estableciendo una mecánica subjetiva de gran influencia sobre los individuos que la componen. Del mismo modo, pero en dirección inversa, la decisión de conformar una nación es el resultado de una vasta suma de identidades individuales convergentes. Como en todo grupo humano, una circulación de conocimientos, de hábitos y de experiencias en común produce una resultante que determina el grado de desarrollo de esa sociedad. Por lo tanto, si existen grados evolutivos, existen distintas calidades: podríamos decir que la calidad de una sociedad es el promedio de la calidad de sus individuos, entendiendo por calidad a los mensurables niveles de vida determinados según la maduración alcanzada en sus paradigmas éticos, espirituales, técnicos, artísticos, jurídicos y económicos.

Sigmund Freud abre su obra Totem y Tabú con la siguiente afirmación, que trataré luego de trasladar al contexto histórico argentino:

“El camino recorrido por el hombre de la Prehistoria en su desarrollo nos es conocido por los monumentos y utensilios que nos ha legado, por los restos de su arte, de su religión y de su concepción de la vida, que han llegado hasta nosotros directamente o transmitidos por la tradición en las leyendas, los mitos y los cuentos, y por las supervivencias de su mentalidad, que nos es dado volver a hallar en nuestros propios usos y costumbres. Además, este hombre de la prehistoria es aún, en cierto sentido, contemporáneo nuestro. Existen actualmente, en efecto, hombres a los que consideramos mucho más próximos a los primitivos de lo que nosotros lo estamos, y en los que vemos a los descendientes y sucesores directos de aquellos hombres de otros tiempos. Tal es el juicio que nos merecen los pueblos llamados salvajes o semisalvajes, y la vida psíquica de estos pueblos adquiere para nosotros un interés particular cuando vemos en ella una fase anterior, bien conservada, de nuestro propio desarrollo.”

“Partiendo de este punto de vista, y estableciendo una comparación entre la psicología de los pueblos primitivos tal como la Etnografía nos la muestra y la psicología del neurótico, tal y como surge de las investigaciones psicoanalíticas, descubriremos entre ambas numerosos rasgos comunes y nos será posible ver a una nueva luz lo que de ellas nos es ya conocido.”

Desde esta perspectiva sería posible desplegar una mirada histórica que permitiría discernir un núcleo patológico permanente en los comportamientos sociales argentinos, que a través de los años emergió con distintos nombres dentro de los esquemas representativos del poder político y que a partir de 1945 hasta hoy se llama peronismo. Ésa es mi sugerencia, que trataré de desarrollar a través de este artículo.

Existe abundante bibliografía acerca de las distintas corrientes migratorias que poblaron lo que terminó llamándose República Argentina, al menos formalmente. A los primitivos habitantes de estas tierras y tras el arribo civilizador de los españoles, fueron sumándose a través de los siglos una variedad riquísima de inmigrantes, en su mayoría europeos. Éstos últimos, sobre todo a partir de mediados del siglo XIX, conformaban una corriente humana de una heterogénea variedad de nacionalidades y costumbres que, aún en la diversidad, compartían mayoritariamente un tronco común cultural judeo-cristiano. Grecia y Roma les daban una invisible trama de coincidencias, y eran herederos, aún en la pobreza y en el analfabetismo, de los mandatos culturales que hicieron de Occidente la civilización más rica del orbe, mensurable por sus obras materiales pero, sobre todo, por su enorme capacidad de abstracción, que aleja al hombre de su animalidad básica.

2 comments:

  1. Excelente... para cuándo la próxima entrega?!

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  2. Excelente, pero no se para que se gastan tanto, mi resumen es Los peronistan son CHORRROS que se cuelgan de la ideología en boga solo para cometer sus delitos.

    Fueron facistas en los 40s, Desarrollistas en los 50s, columpiaron entre la izquierda tirabomba y los militaristas en los 70s, el los 90s fueron "liberales" y ahora son Neo socialistas modelo Siglo XXI, y siempre usando al estado para ROBAR.

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