Jul 6, 2012

“Historias en el país del Tiempo Perdido”

Se me pasó este link que dejó Pérez. Muy, muy bueno. No se lo pierdan:

No siempre lo absurdo es imposible, ni siquiera infrecuente, por eso contar esta historia, que alguna vez escuché, tiene sentido en los días que corren. Es acerca de las consecuencias que tenía sobre la vida social de un país la adicción que sus gobernantes habían adquirido de falsear las medidas de tiempo.

Desde hacía décadas los gobiernos de ese país, fueran elegidos democráticamente o no, falseaban cada uno de los minutos transcurridos para su propia comodidad. Nadie podía decir cuánto duraba una hora ni menos aún compararla, ya que una hora de 1971 no era ni parecida a una de 2004.

4 comments:

  1. Michael Voslensky ("La nomenklatura. Los privilegiados en la URSS", Editorial CREA S.A., 1981, Buenos Aires, impreso en España por Chimenos S.A.), tras recordar el período estalinista, decía: "…la falsificación de las estadísticas continúa bajo Kruschev; él mismo las denuncia durante el pleno del Comité central realizado en enero de 1961; sin embargo, las falsificaciones siguen hoy a la orden del día" (pág. 146). "Porque la Nomenklatura se sirve de las falsificaciones estadísticas para paliar la tendencia a la reducción de las fuerzas productivas. Contra esta reducción, de la que hemos visto que se trata de una consecuencia de la planificación, no existe más que un remedio: inventar cifras imaginarias" (pág. 146).

    Pero una vez que se institucionaliza la mentira, no se limita a la economía, sino que se extiende a la historia, a la educación, en suma, al "relato" oficial. Para eso es necesario que los medios que no sean del Estado, le estén subordinados. Creo haber sido uno de los primeros que escribió sobre la ley de medios (http://juliomvrouges.blogspot.com.ar/2010/07/ley-de-medios-i.html) pero no fue muy leído.
    No pretendo la paternidad de la advertencia, pero hace rato que dije que el gobierno no era meramente populista sino con claras tendencias totalitarias.
    Ahora no se puede ahorrar en dólares u otras monedas extranjeras. Calificarlo de inconstitucional sería poco. Es dictatorial, pues prepara el camino para llamar "gusanos" a los que se quieran ir del país, o dejarles la alternativa de emigrar, pero desnudo y descalzo.
    Y para colmo, el lavado colectivo de cerebros es tan grande, que hay mucha gente aparentemente culta y democrática, que lo considera razonable.

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    1. Nadie tiene la menor idea de que estamos a dos pasos del totalitarismo. Aunque esos pasos no se den nunca, ni en dos mil años: igual estamos colocados a sólo dos pasos del totalitarismo. Ni siquiera se trata de adónde vayamos, sino de a que distancia estamos. Es como si uno caminara a dos pasos del abismo, por un camino de cornisa, en forma paralela. No es grato, no es seguro, no es tranquilo. Uno no se puede descuidar. Un accidente y uno se despeña.

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    2. Así es, DF. Eso es lo angustiante y lo desconcertante, lo que instala la inseguridad más profunda. Por eso se ve a tantos fanáticos y conversos aferrarse al oficialismo como a una verdad absoluta que los libera y los anestesia de la realidad.

      Close to the Edge (bueno, ya me salió el rocker progressive!)

      Don Julio: muy bueno, ojala pudiera pasar más seguido por acá... (y yo invitando como si fuera el dueño de casa, en fin).

      Gus VF

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    3. Cómo me voy a reír cuando todo esta mierda le explote en las manos.

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