Tal vez ya colgaron este corto artículo de Juan Ramón Rallo refutando a Keynes y al que recomiendo leer. Creo que aclara en pocas líneas por qué el Pragmatismo -cortoplacista en su esencia- es un fracaso en el mediano y largo plazo, además de serlo en la teoría y en la práctica.
El Pragmatismo -y el keynesiamismo particularmente- es muy útil a los políticos y burócratas, a los que sólo les interesa ganar la próxima elección, ya que su responsabilidad queda diluída al ser otro el que paga las consecuencias de sus decisiones.
Yo particularmente, ante un político que se declara pragmático o keynesiano como un autoelogio, se que no estoy ante un estadista, sino sólo ante un demagogo.
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