Aug 21, 2012

Venía leyendo, asintiendo con la cabeza, la columna de Marcos Aguinis en La Nación de hoy

Hasta que llegué a esta parte:

Fue desagradecido con Eduardo Duhalde, que le obsequió los votos e influencias que le permitieron llegar al segundo sitio en la carrera presidencial. Además, Duhalde ya había superado lo peor de la crisis desatada en 2001, acompañado por Lavagna, su eficiente ministro de Economía. Le entregaba un país en marcha, que ascendía hacia una buena cicatrización de sus heridas. También llegaba un fabuloso viento de cola.

No pude seguir leyéndola. Me supera. Clueless es poco.

3 comments:

  1. Siempre que leo a Aguinis al final no me convence, me parece que la mayoria de las veces es deshonesto intelectualmente... mas alla de poder compartir algunas cosas que el diga..

    salute
    Francisco

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    1. Me parece que Aguinis se horroriza, con justa razón, por lo liberticida del régimen kirchnerista en lo político, pero que comparte en gran medida sus ideas y propuestas en lo económico.

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    2. Fue un derrape.
      Aunque coincido con Francisco: El artículo está tremendo.

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