Tal cual, deberían dejarla juntar unos cuantos mangos, y finalmente, iniciarle tremenda causa judicial por destruir un tesoro de la humanidad, hasta que la vieja quede en calzones tejidos al crochet.
Easy, Vir... El 'tesoro de la humanidad' que la mujer arruinó dicen que tenía poco más valor que las estampitas que te dejan los pibitos en el subte... Así y todo, se mandó un frangollo monumental que de alguna manera debería reparar.
Una apostilla: Es interesante ver los extraños destinos donde nos lleva el buenismo. Hace un tiempito, la señora y su familia pedían indulgencia, ya que "no lo había hecho a propósito". El buenismo, la corrección política y el berretismo de no responsabilizar a las personas por las consecuencias de sus actos "porque fue sin querer", porque es un chico, porque es una pobre señora mayor, porque lo hizo con buenas intenciones, y todas las excusas que podamos descular, termina a veces generando situaciones impensadas y casi siempre injustas para aquellos que no causaron daño alguno. Este caso es viva prueba: la vieja pasó de pedir piedad a exigir retribución de su obra.
Ahjajaja, y por qué no, si se convirtió en un meme!
ReplyDeleteEso sí, con la plata que recaude, que pague por una restauración profesional de la obra que arruinó.
Tal cual, deberían dejarla juntar unos cuantos mangos, y finalmente, iniciarle tremenda causa judicial por destruir un tesoro de la humanidad, hasta que la vieja quede en calzones tejidos al crochet.
DeleteEasy, Vir...
DeleteEl 'tesoro de la humanidad' que la mujer arruinó dicen que tenía poco más valor que las estampitas que te dejan los pibitos en el subte...
Así y todo, se mandó un frangollo monumental que de alguna manera debería reparar.
Una apostilla: Es interesante ver los extraños destinos donde nos lleva el buenismo.
ReplyDeleteHace un tiempito, la señora y su familia pedían indulgencia, ya que "no lo había hecho a propósito". El buenismo, la corrección política y el berretismo de no responsabilizar a las personas por las consecuencias de sus actos "porque fue sin querer", porque es un chico, porque es una pobre señora mayor, porque lo hizo con buenas intenciones, y todas las excusas que podamos descular, termina a veces generando situaciones impensadas y casi siempre injustas para aquellos que no causaron daño alguno.
Este caso es viva prueba: la vieja pasó de pedir piedad a exigir retribución de su obra.
Tiene razón: si es una obra nueva.
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