Si consigue un segundo mandato los Estados Unidos de América dejarán de ser lo que son.
Barack Obama tiene un sueño: cumplir los sueños de su padre, Barack Obama Sr., un soberbio keniata resentido que abandonó a su hijo que tanto le quiere cuando éste era un crío y que dedicó su vida a aparearse con mujeres a las que luego de maltratarlas dejaba tiradas, a beber hasta perder el control –y literalmente la vida– y al tercermundismo anticolonialista y sociata. Una joya.
En su cabeza turbulenta bullían todos los clichés y dogmas de la referida corriente ideológica: Occidente es culpable; Occidente es rico porque nosotros somos pobres; Occidente agrede, depreda y roba; Occidente y el capitalismo son el Mal; el Tercer Mundo y el socialismo son el Bien.
Obama Jr. no es Obama Sr. El presidente no es socialista, afirma D'Souza. El presidente no odia a América, pero la quiere transformar radicalmente, dejarla que no la reconozca ni la madre que la parió, que diría nuestro constitucionalista de cabecera. Porque cree que América sí es culpable. De ser tan grande y próspera. De la miseria que asuela otras partes del globo. De tantas guerras. Así que tiene que desamericanizarse, capitidisminuirse, empobrecerse, replegarse y expiar sus culpas. Por eso él gobierna como gobierna: cruje a las clases medias pero sin partirse el pecho por las bajas (al fin y al cabo, si aplicamos baremos planetarios –miss you, Leire!–, forman en las filas de los privilegiados), desbarata las cuentas públicas y pone el país en manos de acreedores tan poco fiables (¡y geoestratégicamente hostiles!) como China, cortocircuita la política energética norteamericana mientras permite a otros potenciar las suyas... ¡con dinero norteamericano! y, en el exterior, desaira o deja caer a los amigos (Israel, Egipto), deja hacer o incluso implícitamente da alas a los enemigos (Irán, Siria) y, a replegarse tocan, convierte victorias en formidables derrotas (Irak y Afganistán).
D'Souza considera que Obama ha alcanzado su objetivo en un 40%; la cifra no es arbitraria, sino el retroceso que ha experimentado la riqueza de los norteamericanos en los últimos cinco años, los cuatro de Obama y el infausto último de Bush. Si consigue un segundo mandato, el 100 lo tendrá al alcance de la mano y los Estados Unidos de América dejarán de ser lo que son.
Claro como el agua, buen post Don Freeman, pero me queda una sola duda. D'Souza (un maestro) dice "Antes no le conocíamos; ahora, sí".
ReplyDeleteEsto es así realmente? Porque yo no vivo en USA pero sabía muy bien quién era este muchacho. No me hizo falta 4 años, varios libros y una película para darme cuenta. Si un tipo te dice que cree en la redistribución, y además es un tipo que no trabajó ni un sólo día de su puta vida, cuyo pasado era/es incierto (salvo conocidas amistades como Bill Ayers o Jeremiah Wright, entre otros)... no te suena una campana en la cabeza??? No te suena a socialismo, a anti-americanismo? Que más necesitás para darte cuenta que es un enemigo de todo lo que representa Estados Unidos?
Más o menos como acá, donde recién ahora se están dando cuenta que están metidos en un proceso totalitario. Tarde, muy tarde.
Hay mucho presidente salido de la nada, desconocido. Obanana en USA, Zapatero en España. Eran legisladores de 3 orden, ascendidos de golpe por falta de un liderazgo fuerte en su partido. Nunca se los escuchó hablar en el recinto (En el caso de ZP esto es literal.)
DeleteA los KK's ¿cuánta gente los conocía realmente en el país?
Y además surgen en momentos en que la sociedad está boleada, con las defensas bajas.
Por poco pensaba que esos números eran de una encuesta de AHORA. Recién ví la encuesta diaria de Rasmussen y están parejos los dos.
ReplyDeleteAparte faltan los debates, como dijo Massa en otro comentario.
Andrés