Oct 17, 2012

El fracaso como éxito

De todos los comentarios que hago por acá, siempre sentí que los más tristemente convincentes y verosímiles a la hora de vaticinar un futuro negro para este país han sido en los que me baso en el presente de la educación argentina.

En las cuestiones políticas o económicas a futuro uno puede o no pifiarle, pero entrar, ver y percibir la realidad de cualquier escuela estatal o incluso privada (y ni qué hablar de las del conurbano bonaerense), no puede llevarnos a otra conclusión que no sea aquel lema 'punk': "No future".

El daño YA ESTÁ HECHO. El fin de la Argentina como país con pretensiones de ser un país civilizado se lo puede constatar hoy; es cuestión de animarse a verlo y asumir esa dolorosa herida narcisística que nos produce el vernos quebrados en lo que fueron nuestras propias raíces culturales, por lo menos para los que hoy tenemos 45 para arriba.

Niños: díganles a sus papis que, como mínimo, los lleven a vivir al Uruguay, donde se están conservando todavía algunas de aquellas nobles raíces rioplatenses. Cuando sean grandes lo van a agradecer.

Gus VF

(Viene de acá)

5 comments:

  1. La Argentina ingresó en la categoría de ladrón internacional el día en que se declaró la cesación de pagos y fue ovacionado como un triunfo por la gran mayoría de los representantes de la población, ratificado posteriormente por el bandido internacional, cuyo gobierno y su continuación a cargo de su esposa, fue ampliamente ratificado por esa misma población llevando ya diez nefastos años de duración.

    La realidad es esta por más que muchos de nosotros que somos una ínfima minoría añoremos el gran país que nos contaron que alguna vez fue.

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  2. Gracias Louis, impresionante la foto!

    La semana pasada me reencontré aquí con un amigo argentino que vive en Alemania desde hace más de 30 años y me comentó que tres cosas le están llamando la atención de Argentolandia: una es la polarización ideológica de la gente, incluso a nivel intrafamiliar, que por momentos lo deja desconcertado y le produce muy malos presentimientos.

    Otra es el nivel de la televisión… no puede creer lo que ve, muchas veces no sabe si se trata de algo en serio o en broma, y los canales estatales le recuerdan exactamente los que varias veces vio cuando anduvo de paso por la RDA: el mismo machacar, el mismo adoctrinamiento ideológico constante que hacen palabra por palabra, así estén hablando de un dentífrico.

    Y finalmente lo peor… el nivel de analfabetismo, de chabacanería y burrez en todo, de la vida en general, de los teenagers argentos (y su barrio aquí es Barrio Norte, a ver…). Y no es que él sea un fino gentleman, no señor. Él y yo somos dos viejos rockers, que estuvimos caminando por una ciudad cada día más irrespirable.

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    1. Asusta leerte, Gus... y asusta más saber que tenés razón.

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    2. Sinceramente desearía no tenerla, carancho.

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