Para recortar, pegar en la heladera y volantear

Adaptación del discurso de "V for Vendetta"
por Ariel Aguilar

Buenas noches, Argentina. Permítanme en primer lugar pedir disculpas por esta interrupción. Yo, como muchos de ustedes, aprecio la comodidad de la rutina diaria- la seguridad de lo familiar, la tranquilidad de la repetición. La disfruto tanto como cualquier persona. Pero en el espíritu de la conmemoración, en el que los acontecimientos importantes del pasado usualmente asociados con la muerte de alguien o el final de una lucha sangrienta horrible, se celebran con una feriado agradable. Pensé que podríamos hacer de este 8 de noviembre un día, para tomarnos un tiempo de nuestra vida diaria para reflexionar y tener una pequeña charla. Por supuesto, hay quienes no quieren que hablemos. Sospecho que incluso ahora, los pedidos se gritan por teléfono, y los hombres del gobierno pronto estarán en su camino. ¿Por qué? Porque aún cuando la violencia verbal, económica o del poder estatal puede ser usada en lugar de la conversación, las palabras siempre conservarán su poder. Las palabras ofrecen los medios al significado, y para aquellos que quieran escuchar, la enunciación de la verdad. Y la verdad es que HAY ALGO TERRIBLEMENTE MAL EN ESTE PAIS, ¿NO ES ASÍ? La crueldad y la injusticia, la intolerancia y la opresión. Y donde una vez se tenía la libertad de objetar, pensar y hablar como uno lo creyera conveniente, ahora tenes al Estado en contra de determinados medios de comunicación. ¿Cómo sucedió esto? ¿Quién tiene la culpa? Bueno, ciertamente hay personas más responsables que otras, y ellos tendrán que rendir cuentas, LOS VAMOS A JUZGAR, pero en realidad, si queres buscar al culpable, sólo tenes que mirarte en un espejo. Yo sé por qué lo hiciste. Sé que tenías miedo. ¿Quién no lo tendría? El corralito, la devaluación, la crisis de 2001. Había una gran cantidad de problemas que conspiraron para corromper tu razón y robarte de tu sentido común. El miedo obtuvo lo mejor de vos, y en tu pánico fue que te dirigiste y abrazaste el modelo chavista de Nestor y Cristina. Ellos nos prometieron orden, nos prometieron paz, y todo lo que exigieron a cambio fue tu consentimiento silencioso, obediente. El 13 de Septiembre tratamos de poner fin a ese silencio. Hicimos un cacerolazo para recordarle a este país de lo que se ha olvidado. Hace más de ciento cincuenta años un grupo de grandes ciudadanos como Alberdi y Echeverria desearon poder insertar el flagelo de la tiranía para siempre en nuestra memoria para que no nos olvidemos. Su esperanza era hacernos acordar que la justicia, la libertad y la república son más que palabras, son perspectivas. Así que si has visto nada, si los crímenes de este gobierno te siguen siendo desconocidos, entonces te sugiero que permitas que este 8 de Noviembre pase como cualquier otro. Pero si ves lo que yo veo, si sentís como yo me siento, y si buscas lo que yo busco, te pido que estes a mi lado este 8 de Noviembre, en el Obelisco o en cada plaza importante y juntos vamos a darles un 8 de Noviembre que jamás, jamás será olvidado.