El mayor peligro de la creciente amenaza era que los buenos hombres cometían suicidio intelectual y lo llamaban paz. Los buenos hombres se rendían al miedo y lo llamaban respeto.
La gente en este país piensa de una manera tan absurda e incoherentemente especial que tiene incluso una designación propia. La gente tiene un pensamiento 'Argentino'. Releyendo Facundo hace poco, parecía que estaba leyendo el diario de ayer. Y cíclicamente volvemos a Yaco y Caseros, sólo para comenzar nuevamente el largo viaje que nos deja en el mismo lugar, con alguna variación de sabor político o económico, pero con el mismo trasfondo. La barbarie y la civilización tienen caudillos diferentes pero similares, que terminan siendo uno, sea Rosas, Perón, Kirchner o quien venga a continuación. La única civilización posible es aquella domada y sometida por la barbarie. El odio a la ciudad/civilización persiste como una constante, usufructuando sus ventajas mientras se la denosta. La civilización no debe levantar su cabeza ni atreverse a pensar, debe permanecer sumisa. El ideal del primitivo cuasi neolítico (gaucho, pueblo originario o la imágen que sea) que vive sin dinero, de la tierra, en la nada, con la violencia como modo de vida, pero a su vez con la obligación y culpa de la civilización de deberle lo que en si rechaza. El enemigo externo, siempre necesario para mantener la respuesta interna, fue en un momento Francia/Europa, luego Inglaterra, ahora USA, es en resúmen quien represente el movimiento industrializador/civilizador en cada momento. Es el odio al espíritu personal, a la independencia, a la libertad, al individuo no sometido, ya que la moral válida no es un conjunto de axiomas consistentes que permitan derivar el resto, sino un conjunto de reglas inconsistentes que deben ser consultadas en forma externa en cada caso. Y lamentablemente esto está cincelado en la conciencia de la mayor parte de los habitantes, incluso de los mas independientes, luego de 200 años de condicionamiento.
Mi teoría es que la gente siempre se hace oficialista.
ReplyDeleteQuizá odie a quien gobierna, pero adquiere todas sus mañas, métodos y formas de pensar y los toma como propios.
y cuanto más tiempo dure un gobierno, la gente más instalada va a tener esta mentalidad dentro de sí.
El mayor peligro de la creciente amenaza era que los buenos hombres cometían suicidio intelectual y lo llamaban paz. Los buenos hombres se rendían al miedo y lo llamaban respeto.
ReplyDeleteSalman Rushdie en Joseph Anton.
Lazags
La gente en este país piensa de una manera tan absurda e incoherentemente especial que tiene incluso una designación propia. La gente tiene un pensamiento 'Argentino'.
ReplyDeleteReleyendo Facundo hace poco, parecía que estaba leyendo el diario de ayer. Y cíclicamente volvemos a Yaco y Caseros, sólo para comenzar nuevamente el largo viaje que nos deja en el mismo lugar, con alguna variación de sabor político o económico, pero con el mismo trasfondo. La barbarie y la civilización tienen caudillos diferentes pero similares, que terminan siendo uno, sea Rosas, Perón, Kirchner o quien venga a continuación. La única civilización posible es aquella domada y sometida por la barbarie.
El odio a la ciudad/civilización persiste como una constante, usufructuando sus ventajas mientras se la denosta. La civilización no debe levantar su cabeza ni atreverse a pensar, debe permanecer sumisa. El ideal del primitivo cuasi neolítico (gaucho, pueblo originario o la imágen que sea) que vive sin dinero, de la tierra, en la nada, con la violencia como modo de vida, pero a su vez con la obligación y culpa de la civilización de deberle lo que en si rechaza.
El enemigo externo, siempre necesario para mantener la respuesta interna, fue en un momento Francia/Europa, luego Inglaterra, ahora USA, es en resúmen quien represente el movimiento industrializador/civilizador en cada momento.
Es el odio al espíritu personal, a la independencia, a la libertad, al individuo no sometido, ya que la moral válida no es un conjunto de axiomas consistentes que permitan derivar el resto, sino un conjunto de reglas inconsistentes que deben ser consultadas en forma externa en cada caso.
Y lamentablemente esto está cincelado en la conciencia de la mayor parte de los habitantes, incluso de los mas independientes, luego de 200 años de condicionamiento.