Jan 16, 2013

El casamiento de los argentinos con las ideas de la libertad fue por conveniencia, no por amor


Y, a la primera de cambio, volvieron a lo de mamá:

En Argentina suceden hechos cada vez más llamativos. Meses atrás decía en este espacio que Argentina es uno de esos países pródigos en naturaleza, poblada de gente amable, trabajadora y en gran parte bien educada. Fue en su momento 6to. en el mundo, con una economía pujante y un marco institucional basado en la Constitución de Alberdi de 1853, denominada "Las Bases", que pronto le permitió posicionarse como los EE.UU. de Sudamérica.

Nada le faltaba a este país para quedarse entre los grandes. Y lo logró, pero no duró mucho, unos sesenta años. Ingresada la tercera década del siglo XX y con el auge del estatismo colectivista en el mundo, muchos de sus dirigentes quedaron encantados con la idea del Estado planificador. Fueron dejando de lado los fundamentos de la sociedad libre que permitieron a este país dar el gran salto hacia el progreso. El Estado de Derecho, el libre mercado y una educación que promovía la creatividad y un amor inconmensurable hacia el arte y la ciencia, fueron convirtiendo a Argentina en un país de oportunidades.

4 comments:

  1. Pero si la promesa del liberalismo es bienestar, cuando este falta no hay razón para mantener la relación.

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    1. Yo creo que nada ni nadie te puede garantizar bienestar. Hay que pelearla todos los santos días. El populismo tampoco se los dio y, sin embargo, los argentinos siguen insistiendo desde hace más de 70 años.

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    2. Bueno el discurso liberal muchas veces se vuelve mágico, agregamos mucha libertad y todos vivimos bien. Evidentemente el populismo apela a otros sentimientos que conmueven el corazón de los argentinos y no solamente. El mundo actual es prueba de ello.

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    3. Mientras hay para repartir, el colectivismo anda bárbaro. Los problemas empiezan cuando se termina.

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