Es cierto JL: la profusión de normas, reglas, etc. es una forma de la carencia de una Ley fundamental que determine las cosas.
En el ámbito de las relaciones humanas en donde impera la libertad es fundamental tener un par de principios claros que permitan operar con flexibilidad.
La profusión de ‘normitas’ regulatorias estatales es lo contrario a una postura libre y moral. Es el caprichito del déspota que pretende y consigue ponerse en el lugar de la ley.
No hay que confundirlo con la profusión de pasos lógicos de un procedimiento técnico delicado (un protocolo quirúrgico o de seguridad industrial, por ejemplo) en dónde la híper-regulación tiene un objeto lógico.
La híper-regulación despótica del actual gobierno argentino es la contrapartida de su carencia de ley, ética y moral. Y manifiesta la falta de libertad en que se encuentran los ciudadanos al no poder realizar sus deseos, teniendo que atenerse a procedimientos burocráticos caprichosos que sólo satisfacen el deseo de la banda gobernante de permanecer en el poder político.
Y es lo mismo con respecto al arte. No es necesario que uno conserve las notas de la escala de blues estrictamente, uno puede poner otras o extender la lógica de la misma. Lo que se hace necesario es conservar el ‘espíritu’ del blues. Cuando uno empieza a transformarlo demasiado deja de ser blues, se transforma en otra cosa. No está bien ni mal, es otra cosa.
En política la cuestión es clara: O nos atenemos a los derechos civiles, con una Constitución que los garantice y gobiernos republicanos, estrictamente vigilados, o caemos en democracias mayoritarias que deben de ‘inventar’ un montón de normas para imponer el deseo de la mayoría.
La pseudo-legalidad perversa del nazismo y sus “Leyes de Núremberg” son la muestra de eso. Y la sombra que acecha sobre todas las democracias representativas: La transformación de una republica en la tiranía de la mayoría.
Qué lo parió. Yo posteo más o menos a la marchanta. Freeman dignifica.
ReplyDeleteRight on spot. Small is beautiful. Creo que lo ponía por ahí en el post, eso de que la "hipernomia", la hiperregulación, es una forma paradójica de la anomia porque en la práctica no hay UNA regla clara sino millones que te aplican o no te aplican de acuerdo a qué quieran de vos. Miles de normas de aplicación más o menos opcional es a todo efecto práctico LO MISMO que no tener normas.
Muy inspirados y lúcidos DF y JL!! Y eso que están recién salidos de las Fiestas che, doble mérito! Felicitaciones por los post&comments, en serio.
DeleteFreeman sí, pero yo no merezco, Gus. Muchas gracias.
Delete"O nos atenemos a los derechos civiles, con una Constitución que los garantice y gobiernos republicanos, estrictamente vigilados, o caemos en democracias mayoritarias que deben de ‘inventar’ un montón de normas para imponer el deseo de la mayoría."
ReplyDeleteHay que darle fundamento a la defensa de los derechos civiles. El argumento que a los paises que los respetan les va mejor ha caducado desde el día que en estos paises triunfan quienes los quieren limitar.