En febrero hablábamos de por qué nos va como nos va. Para muchos se trata de un problema de educación. En este post incluía algunos reparos a la idea de la “educación” a secas como solución mágica de nuestros males. Este es un aporte interesante sobre el tema en Latinoamérica:
En dichos países, la mayoría de los ciudadanos parece vivir bajo la ilusión de que una vez que los estudiantes van a unos edificios llamados escuelas, donde trabajan unas personas que se denominan maestros, se está produciendo esa sustancia misteriosa que llamamos educación.
Sin embargo, las pocas veces que podemos examinar con rigor el contenido del producto educativo descubrimos todo un catálogo de insuficiencias y lagunas que cubren el espectro de lo que se llama el dominio cognoscitivo, más todo el ámbito de lo que los sicólogos de la educación llaman el dominio afectivo.
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