Marcos Garquinis

Ayer puse un post sobre una entrevista a Marcos Aguinis, o Marcos Garquinis, como le dicen en Somos Ovejas. Hoy leo que tanto Guillermo como Rubén le dan con un caño.

Comparto mucha de las objeciones que se hacen a este autor. Tiene una visión bastante sesgada de la realidad nacional, por decir algo. De todos modos, lamentablemente es lo que hay.

Hace unos años veía en el programa de Mariano Grondona a un par de invitados de lujo: Sergio Schoklender, uno de los tristemente célebres hermanos que fue preso por parricida y después devino en paladín de los Derechos Humanos (para todos, menos para el papá, parece), y Aldo Rico, que en ese momento era un líder político que pisaba fuerte en la provincia de BA. El tema del momento era la toma de la embajada de Japón por parte de terroristas de Sendero Luminoso en Lima.

Desde mi punto de vista, se trata de dos personajes despreciables, que encarnan lo peor que Argentina tiene para ofrecer como sociedad. Tal vez el aporte más negativo de la gente como Schoklender sea hacer que, por comparación, personajes como Rico suenen racionales y mesurados. Era tal el calibre de la sarta de disparates y delirios que decía este muchacho que lamentablemente estoy seguro que más de una persona viendo el programa debía llegar a la conclusión de que Rico era la voz de la cordura.

Salvando las distancias, algo parecido me pasa con Marcos Aguinis. Es tal el grado de desvarío de lo que se escucha a diario en el país como verdades absolutas e irrefutables que una voz medianamente racional y que refleja lo que es normal para el resto del mundo civilizado es más que bienvenida. Soy honesto cuando digo que si la opción es Bielsa, el Caganciller de la Nación, Verbitsky o Zaffaroni, por un lado, y los Marcos Aguinis del país del otro, creo que realmente no hay opción.

Como dije antes, lamentablemente es lo que hay. Me encantaría que la opción fuera otra, pero no lo es. Como decía un gran pensador contemporáneo: por lo menos, así lo veo yo.