Sigo insistiendo que en la Argentina puede pasar cualquier cosa, menos la racionalidad. Ahora leo que la Suprema Corte de Kirchner, porque no debemos confundirnos, no se trata de la Suprema Corte de la Nación, anuló las “leyes del perdón”.
En lugar de ocuparnos de los problemas elementales que nos asolan, todo el país ahora debe bailar al compás de este nuevo denodado esfuerzo para volver al pasado. Creo que el único conflicto que debe quedar por reabrir debe ser el de federales y unitarios. ¿Para cuando la instalación del tema?
Mientras tanto, inexplicablemente sigue el jolgorio, la alegría de muchísima gente, demasiada, que cree que estas cosas son gratis, que no tienen costos. Honestamente muy difícil de creer y entender. Me gustaría saber cómo se vuelve de todo esto.
Lo mas delirantes son las declaraciones de Alfonsin:
ReplyDeleteClarin - Jun 15, 2005
"El ex presidente Raúl Alfonsín afirmó ayer que, en su momento, "la democracia se fortaleció" con la sanción de las leyes de punto final y obediencia debida que impulsó desde el gobierno. Y advirtió que tras la declaración de inconstitucionalidad "la cuestión sufre aún de una evidente renguera, debido a que permanecen incólumes los indultos aplicados por el presidente Carlos Menem".
En un comunicado que difundió poco después de conocerse el fallo de la Corte Suprema de Justicia, el líder radical argumentó: "El problema se transforma en un evidente sentido de injusticia, ya que ahora sí se puede juzgar a aquellos individuos beneficiados por la leyes, pero no se puede perseguir penalmente a quienes, juzgados y condenados, fueron beneficiados por un indulto presidencial, entre quienes se contaban los máximos responsables de la represión".
Al justificar las normas ahora declaradas inconstitucionales, Alfonsín aseguró: "Fueron válidas e indispensables como herramientas de protección de los derechos humanos para el futuro". Aunque aclaró que "no me siento desautorizado ni agraviado", tal como ya había señalado hace dos años en una carta a los bloques parlamentarios de la UCR, cuando el Congreso debatía la derogación de esas leyes.
"¿Se fortaleció la democracia con la sanción de estas leyes?", se preguntó. Y destacó: "La única respuesta es sí, porque a 20 años de sancionadas se pueden derogar, declarar nulas o inconstitucionales, como ha decidido finalmente el Máximo Tribunal, en el marco de una democracia decididamente afirmada".
Agregó que "en aquellos años se actuó de una manera que no reconoce antecedentes históricos, en la búsqueda de penalizar las violaciones anteriores". Y subrayó que "todas las naciones modernas europeas se han construido a partir de amnistías tan amplias que comprendieron, en su momento, a nazis, fascistas, franquistas, colaboracionistas, y a represores de Argelia, del Congo, de Indonesia, de Angola y de Mozambique".
Por su lado, el ex ministro de Justicia Ricardo Gil Lavedra, quien integró el tribunal que condenó a las juntas afirmó que el fallo de la Corte "es histórico y tiene un fuerte valor simbólico". El jurista destacó que "responde al principio internacional de que los delitos de lesa humanidad no prescriben, ni son amnistiables ni indultables"."
Victor Gonzalez