Insisto, la principal diferencia entre países pobres como el nuestro y los más desarrollados es la legalidad. La capacidad de poder confiar en el cumplimiento de los contratos.
En Argentina una vez más queda en evidencia que queremos todos los beneficios sin ninguno de los costos:
La debilidad del compromiso de la sociedad argentina con la ley y su Constitución, unido a un grave déficit de legitimidad institucional son las principales conclusiones que surgen de nuestra investigación.
La mayoría de los entrevistados percibe a la Argentina como una sociedad anómica, en la cual las leyes en general y la Constitución en particular no son respetadas por los ciudadanos ni por los dirigentes y donde el Estado no impone ni garantiza su cumplimiento. Si desagregamos los datos, surgen los claroscuros de nuestra sociedad. Por un lado, una demanda de legalidad, una alta valoración de la Constitución y la búsqueda de líderes capaces de manejarse con apego a las leyes. Pero, por el otro, la percepción de que estamos ante una sociedad que vive la mayor parte del tiempo al margen de la ley, que conoce y cumple poco su Constitución, que se autocalifica mayoritariamente como transgresora (sin asumir su propia responsabilidad) y en la que el 41% opina que hay momentos en que es necesario desobedecer la ley. Existe, pues, una marcada contradicción entre el deseo y la realidad.
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.