Sep 27, 2005

Seguimos con las Obviedades

En fin, debo admitir que por lo general suelo dar por sentado que hay ciertas cuestiones que deberían caer de maduro y que no debería ser necesario explicarlas. Pero bueno, acá vamos.

Hay una persona anónima que me dejó un par de comentarios en un post sobre los escándalos de corrupción en Canadá. No entiendo bien cuál es su punto concretamente, pero por lo que dice aparentemente si yo vivo en Canadá no puedo criticar a Canadá. Aparentemente yo me beneficio con el "socialismo" canadiense y me tengo que callar la boca. Si no me gusta, me tengo que mudar a Texas, Singapur o Malasia.

Al analizar propuestas de política económica, existe en mucha gente en general, y en particular en la izquierda, una muy marcada tendencia a contabilizar todos los beneficios y “olvidarse” de incluir los costos. Para citar un ejemplo muy actual, gran parte de la opinión pública en Argentina comparte los controles de precios, ya que se trataría de políticas de enorme “conciencia social”, para “beneficiar a los más pobres”. Por supuesto, cuando se incluyen en la ecuación los costos de estas medidas, es muy fácil comprobar que son marcadamente negativas, especialmente para los sectores de menores ingresos. En países como Argentina tenemos ejemplos por doquier, podemos decir lo mismo de la devaluación de enero de 2002 y de las políticas proteccionistas que encarecen los productos de consumo masivo.

Lamentablemente, esta tendencia no sólo es muy común en países del tercer mundo, también existe en los más desarrollados. En realidad, como los beneficios se ven a más a corto plazo que los costos, es comprensible que sea así. Además, los beneficios suelen tener receptores concretos, mientras que se tiende a “socializar” los costos, a distribuirlos en la "sociedad".

Por lo que dice, la persona que me deja estos comentarios sinceramente cree que repartir plata ajena equivale a caridad. La contrapartida de los supuestos "beneficios sociales" que menciona es el aproximadamente 29% de retenciones automáticas sobre el salario bruto que recibe mi categoría de ingresos. En las escalas más altas, el porcentaje se aproxima al 50%. Para que quede más claro, una persona en los escalafones de ingresos más altos de la provincia, recibe en mano menos del 50% de sus ingresos brutos.

Además del escándalo que significa que el estado deba confiscar el 50% de los ingresos, este tipo de políticas generan una serie de incentivos perversos. Tal vez en el corto y mediano plazo sean sostenibles, pero a la larga todo esto se paga.

Si bien es cierto que, gracias a contratar un muy buen contador, este año me devolvieron una parte cuando hice la presentación de impuestos, de más está decir que todos estos "beneficios" que supuestamente reciben los contribuyentes de Québec, y que no recibirían los de Texas, Singapur o Malasia, estan lejos de ser gratis. Nuevamente, se trata de hacer beneficencia con la plata ajena.

En lo personal, les digo desde ya que me den mi plata y que se metan en el orto logos los “beneficios sociales”. Pero todo el mundo sabe que soy un neoliberal despiadado sin conciencia social y menemista.

Tengo la idea de postear algo sobre los grandes “beneficios sociales” de Canadá y Québec, como las distorsiones en y trabas para ingresar al mercado laboral, los incentivos perversos generados por las regulaciones estatales, el sindicalismo galopante, el empleo público y, la madre del borrego, los gravísimos problemas del sistema de salud, aún en Québec, que es donde “mejor funciona”.

Pero antes una aclaración. Debemos poner las cosas en perspectiva. La productividad promedio de la economía canadiense es por lo menos 10 veces más alta que la de Argentina. La diferencia fundamental entre un país como Argentina y Canadá pasa por cuestiones mucho más elementales, que por lo general no le interesan a nadie. Mi intención con todos estos comentarios no es sostener que Canadá es una Gran Cagada o un país que no merece ser vivido. Todo lo contrario. Mi punto concreto es que lo peor que podemos hacer es no tomar en cuenta los costos, aún si tomamos la decisión de vivir en un sistema como este. Sólo tomando en cuenta los costos, además de los beneficios, podremos tomar decisiones racionales y más eficientes. Cuanto antes entendamos que nada es gratis en la vida, mejor.

1 comment:

  1. uhhh...le estas dando mucha bola a un gil...de todas maneras tu post esta bueno :)

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