Vuelvo a insistir con lo que vengo diciendo hace meses. Es tal el grado de confusión en el que hemos caído como sociedad que un personaje nefasto, de cuarta, de cabotaje absoluto como Lasaña, es el gran prohombre del momento.
Un mediocre ex funcionario del gobierno de Alfonsín, que se pasó gran parte de su vida productiva como ñoqui de lujo en Europa, cobrando en euros o su equivalente, es el Hombre del Año. Este señor, que hasta hace meses todavía hablaba de “devaluaciones exitosas” y proponía controles de precios para combatir la inflación, que no tiene la más peregrina de las ideas de cómo se maneja el mundo, y no hablo del primero, sino de cualquier país medianamente normal, o que tenga pretensiones de serlo, es el “gran salvador”.
Insisto, siempre se puede estar peor. Es un hecho de la vida. Hoy escucho a mucha gente, entre ellos supuestos expertos con Mariano Grondona, que destacan que Lasaña no hizo las cosas tan mal. Es como dar las gracias porque el delincuente armado que entró a casa de noche para desvalijarnos y casi nos mata a golpes en el proceso, por lo menos tuvo la decencia de violarnos sólo una vez. Imagínense, lo podría haber hecho varias veces. Debemos estar agradecidos de que haya sido tan moderado, de tan buen carácter y una persona de bien.
Vuelvo a repetir lo que ya dije, me pregunto si todos los argentinos de ley a los que les parece bárbaro todo esto son realmente concientes de que mucho después de que termine toda la festichola, que el basurero se haya llevado las cajas de botellas de champagne vacías y se haya secado el semen de las sábanas de la Quinta de Olivos, tendrán que seguir pagando la cuenta por décadas. Me pregunto si Kirchner, su señora esposa, Duhalde, su padre político, Lasaña y toda esta manga de delincuentes tienen aunque sea una vaga idea de lo que se viene. Me pregunto si realmente les importa.
Hola. Como no-argentino, no puedo saber si les gusta su situación o no, aunque a juzgar por la aparente popularidad del presidente y la inevitable presencia de los peronistas en la vida política argentina, la respuesta tendría que ser afirmativa. Sin embargo, es claro que han tenido ayuda. Es fin de año y ciertas publicaciones que hacen breves análisis económicos salen a la venta aquí en Estados Unidos: los almanaques (del New York Times, del Wall Street Journal, el Information Please Almanac, el de Time) y la publicación anual "The Year In" de The Economist. Todos los almanaques le dan a Argentina una economía de casi 500 mil millones de dólares (en inglés, 500 billion). The Economist es aún mejor: en "The Year In 2006" publica que la economía argentina vale 204 mil millones de dólares a precio de mercado; pero eso asciende a 598 mil millones a Paridad de Poder Adquisitivo, o PPP por sus siglas en inglés (Power Purchasing Parity). A 204 mil millones la cifra es inflada, pero aceptable. Sin embargo, el número que seguramente va a cautivar a muchos argentinos, desde la presidencia hacia abajo, es el que ronda los 600 mil millones de dólares, cerca de México y Brasil en tamaño y por sobre toda Latinoamérica (rasguñando a Europa) en ingreso per cápita: 15 mil dólares, nada menos. Si por alguna razón los argentinos no quieren creer el dato de The Economist, ahí están los almanaques para tranquilizarlos y poner una sonrisa en sus labios. Esto no quiere decir que hay una conspiración extranjera para engañar a la Argentina con datos falsos o inflados que poco o nada tienen que ver con la realidad del país. Pero cuando se ha tratado de observadores críticos, aunque justos, de la situación argentina, muchos, muchos extranjeros sencillamente se han rehusado a creer (y a publicar) la verdad. Lamentablemente, ustedes NO han estado solos en su camino a la totalidad del realismo mágico como situación cotidiana.
ReplyDeleteSergio, muchas gracias por el comentario. Si, conozco algunos de esos informes. En lo personal, considero que The Economist es una de las mejores publicaciones en su área, pero honestamente creo que en varios temas viene patinando muy feo últimamente. Además de lo de Argentina, hace poco leía una descripción del gobierno de Chávez que realmente daba a que pensar. Me hace gracia leer que aplaudan medidas económicas para países pobres que ni locos apoyarían para sus respectivos países. En fin, sus prioridades son otras. El análisis que hacen es que por lo menos la situación se estabilizó y ya no representa un peligro a la región.
ReplyDeleteHasta donde sé, el PBI de Argentina no llega a los 200 mil millones de dólares, incluyendo todos los artificios contables habidos y por haber. Lo de la PPP que utiliza The Economist es un verso, como se dice en Argentina. Midiendo de esa manera, llegan a la conclusión de que la economía china pronto va a superar a la de Japón.
Por otro lado, la reacción argentina ante estas publicaciones es mixta. No te olvides que este gobierno apuesta a vender la imagen de la “Argentina pordiosera”, que no tiene para pagar a sus acreedores. En la Argentina actual, menos es mejor que más. El camino al desarrollo es ser cada día más pobres.
Como ciudadano argentino, lo único que tengo que decirle a los Sres. de The Economist es.... ¡que me den mis quince mil dólares!
ReplyDelete¿En que se basan estos señores para hacer sus informes? ¿En la lectura de Página/12?