En la Argentina seguimos repitiendo los mismos despropósitos de siempre, pero cambiándoles el envase. Ahora parece que se viene la esposa de Kirchner como vicepresidente, otro gran clásico de la mitología de las peores épocas del peronismo.
Insisto, ¿es tan grande el retroceso institucional del país que a nadie se le mueve un pelo? ¿Se imaginan si a estas barbaridades las hubiera hecho Menem?
Hablando de clásicos...Se acuerdan de la zamba "Valderrama"? en un momento de la canción dice "dónde iremos a paraaar...?"
ReplyDeleteParece un concurso de dementes... y gana el matrimonio K por lejos....
Lamentablemente, no son dementes, aunque sí ignorantes pese a que Cristina hable con la fluidez de los simples que se creen cultos, y vista con la ostentación de los que confunden lujo con distinción.
ReplyDeleteLos conceptos y prácticas del matrimonio Kirchner son los del universitario medio de la "gloriosa JP" de los años 70 y -salvando las diferencias en cuanto a respeto por los mecanismos electorales de la democracia- los del estudiante medio de Franja Morada de los años 80 y 90. Quizás piensen que acumulando poder están haciendo Patria; lo más grave es que, probablemente, están convencidos de lo que dicen y lo que hacen.
Para colmo, los argentinos nos consideramos distintos -especialmente los porteños- al resto de latinoamérica, porque somos de promedio más blanquitos que el resto de los sufridos hermanos latinoamericanos, y porque tenemos muchos abogados, sociólogos, psicólogos, estudiantes de filosofía y letras, y ahora, "Licenciados en Comunicación Social" (periodistas con título), todos ellos con los cerebros lavados por los indigestos contenidos de sus carreras universitarias, ignorantes de la economía, la historia económica y la realidad internacional, y con insufribles humos intelectuales. La opinión pública se forma -deforma- con las ideas de todos esos sectores, y siendo así, no es de extrañar que estemos donde estamos.
Por supuesto, existen muchos -minoritarios, pero muchos- que piensan otra cosa, pero están demasiado acomplejados, demasiado preocupados en "desmarcarse" de todo lo que huela a menemismo o a "derecha" como para representar un riesgo para el esquema actual.
Además, hay una ley no escrita: todo el que se meta en la política y no esté dentro del arco "progresista", si llega al poder o acercarse al poder, terminará acosado por procesos penales y desprestigiado por la prensa: Menem y sus ministros; De la Rúa y sus ministros; Cavallo por representar la convertibilidad. ¿Quién quiere ingresar a la arena política en esas condiciones? Sólo las distintas gamas de la izquierda (porque siendo de izquierda, se tiene garantizada al menos la reputación moral), los que nada tienen que perder y los que quieren hacer dinero o asegurarse los beneficios de la jubilación.
Lamentablemente, Jacinta, no sé dónde iremos a parar, pero no son dementes.
Hola:
ReplyDeleteNo conozco bien la historia Argentina pero debo citar una frase, que no recuerdo donde la leí: "la historia es una circunferencia" gira y gira pero siempre vuelve al mismo lugar.
Además, he de citar a una profesora de historia: “las sociedades se demoran en evolucionar a lo menos 100 años”.