Jan 16, 2006

Pero che, hay que ser más comprensivos y tener mayor sensibilidad social. Seguro que lo hicieron por necesidad. No hay delito si la opción es el hambre de nuestros hijos.

2 comments:

  1. Articulo de hoy en notiar:

    Asì da gusto que te roben

    En el reino de la chapuza y la improvisación, los delincuentes de Acassuso vinieron a dar cátedra de profesionalismo y trabajo en equipo. Más que un asalto fue una puesta en escena: precisa, sincronizada, ensayada hasta en los mínimos detalles, dueña de un libreto bien aprendido y mejor ejecutado.

    El mundo hace tiempo que está loco y de vez en cuando los malos son los que dan los mejores ejemplos. Entre tanto espontáneo peligroso, entre tanto ladrón sorpresivo que sale a cazar al voleo, entre tanto loquito violento y antojadizo que pega y mata porque sí, sorprende abrir el diario y encontrarse con una banda tan rigurosa y precisa, que no dejó nada librado al azar, limpia en su aparición, inteligente en la negociación y fascinante en el desenlace. El final fue para el aplauso: mientras la policía pertrechada como para una guerra negociaba con nadie y sólo cercaba a los rehenes, bajo sus pies, con las alforjas llenas, se escapaban gateando y dichosos los ladrones.

    La manía conspirativa que siempre ronda por la calle 6, creyó ver al principio que el super robo tenía un propósito desestabilizador. ¿Empezaron hacer un túnel hace tres meses porque sabían que el ministro Arslanián iba a dar cifras en enero sobre mejores índices delictivos? En ese caso, saludemos a la banda de los profetas. Pero la verdad es que a los delincuentes nunca les preocupa quién es el ministro. Su objetivo es robar lo más que pueden, sin mezclar su faena en otros aconteceres.

    El de Acassuso fue un golpe de película, de ésos que ahora mismo los guionistas de Hollywood habrán puesto en la agenda. Por lo que se ve, trabajaron albañiles, ingenieros, gente de explosivos y expertos en alarmas y cajas de seguridad. Un verdadero equipo multipartidario, de ésos que más de una dependencia oficial quisiera para sí. Un golpe maestro que vino a demostrar que el circulo de ladrones también tiene su elite. Un asalto que ha venido a mejorar el nivel general de la delincuencia criolla, tan rastrero, últimamente. Un robo cinco estrellas que no generó sangre ni malos tratos, que puso a toda la gente (incluso a la de seguridad) fuera de todo riesgo y que tuvo como damnificado principal a un ser tan simbólico como es un banco. Unos capos los tipos.

    Hoy, cuando se mata a un jubilado para robarle 40 pesos, cuando se balea a un taxista por un vuelto, cuando la droga, la desesperación y las armas han terminado por teñir de crueldad las calles, hoy, entonces, habrá que reconocer el proceder de estos ladrones, tan estudiosos, tan inspirados y tan perfectos. Por los métodos utilizados, por su riguroso proceder, por la eficacia demostrada y por haber reivindicado a la sociedad con las ventajas de la planificación. Porque los cortés no quita lo delincuente.

    ¿Caerán pronto? Mientas tanto, tienen derecho a festejar la faena cumplida: atendieron a la clientela mejor que los empleados, no descuidaron un detalle, estudiaron al centímetro el proceder de la policía negociadora, jugaron al poliladron entre millones de dólares y por única vez utilizaron un túnel no para entrar sino para salir. Ni un lastimado ni una lágrima ni una billetera saqueada.

    En un país demasiado acosado por tanto atracador de poca monta y ladronzuelos de guantes blancos y sin guantes, en un país donde los espontáneos y los improvisados complican bastante, en un país así, la banda de Acassuso invita a pensar que hoy por hoy sólo los delincuentes parecen tener buenos planes.

    Fuente: Eduardo Salom para NOTIAR

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  2. Creo que deja muy claro los niveles grotescos a los que hemos caído como sociedad. La abierta admiración por la planificación, por los objetivos claros, por el profesionalismo, por la organización. Aunque venga del lado del crimen.

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