Yo sigo temando con las caricaturas de Mahoma. Les dejo este post de Ideas al Vuelo, creo que vale la pena:
Visto con ojos occidentales se puede criticar al periódico su mal tino, su mal gusto o hasta su xenofobia latente, pero nada más. Están ejerciendo un derecho fundamental, no negociable, en la civilización occidental: La libertad de expresión. Si se juzga que han abusado de la libertad de expresión, el propio mercado (la gente libre) los castigará cancelando su suscripción al diario o hasta boicoteando a sus patrocinadores.
Visto con ojos medievales – que es, por desgracia, la mirada con que muchos musulmanes radicales continuan observando el mundo – el atrevimiento del diario debe pagarse con el peor de los castigos (la muerte) no sólo a sus autores directos, sino a todo Dinamarca por permitir tales ofensas.
La diferencia de cosmovisiones, entre el mundo occidental libre y la fe islámica en su vertiente fanática, es abismal; y ése es el problema.
Pero si los que consumen ese producto no desaprueban las imágenes, allí el mercado no frenaría a ese diario.
ReplyDeleteCreo que es operable el derecho de rectificación y respuesta, y otras vias judicial para intentar reparar el agravio moral.
Lamentablemente, la civilización islámica se detuvo intelectualemente en el siglo XIII y ya no avanzó más. En el 1212 Las Navas de Tolosa indicaban quién iba a mandar en la península ibérica, y para enfrentar el imparable avance cristiano del siglo anterior, los musulmanes cultos y sofisticados de El-Andalús pidieron ayuda a fanáticos semi-analfabetos del Maghreb: primero los almorávides, después los almojades. Sirvió de poco. En el otro lado del mundo musulmán, Bagdad era saqueada y destruída por los mongoles. Así los turcos, nómadas semi-bárbaros de Asia central, heredaban el puesto de los árabes, y lo primero que hicieron fue destruir lo poco que quedaba de Bizancio y ocupar Grecia, los Balcanes, y una buena parte de Europa Central. Allí donde los turcos llegaron se terminaban los estudios, no había universidades, no había diálogo político. Grecia, de ser la cuna de la civilización occidental, fue sumida en un oscurantismo absoluto. Este largo preámbulo es para afirmar que no son musulmanes fanáticos los que han reaccionado de esta manera a seis caricaturas, sino musulmanes, punto. Los musulmanes no toleran ningún tipo de crítica a su religión y reaccionan histéricamente a las burlas, reales o imaginadas, a su profeta. El pesado manto de ignorancia y estancamiento que ha cubierto el mundo del Islam desde el siglo XIII, se hace intolerable cuando se lo confronta al rico, desarrollado, contradictorio e irrespetuoso mundo occidental. El así llamado "agravio moral" no puede ser reparado por la vía jurídica; eso sería claudicar ante el infiel. Los musulmanes no reaccionarán como los judíos cuando se los ofende, o como los católicos o protestantes: cartas al director, posibles querellas, sermones de tolerancia y hermandad en las iglesias y sinagogas. La reacción será primitiva porque proviene de una gente que, aunque viva en occidente, no puede escapar a lo que son.
ReplyDeleteSergio, Me temo que es tal cual como describes en tu comentario. Como dice VDH, si no fuera por el petróleo y ahora el factor nuclear de Irán, el mundo les daría el mismo tratamiento que a Idi Amin en África en su momento.
ReplyDelete