Andrés Oppenheimer sostiene que cuando Ricardo Lagos entregó el poder después de seis años, América latina perdió a su presidente más sobresaliente. El autor argumenta que el ex presidente de Chile es una prueba viviente de que el subcontinente puede tener una izquierda moderna, con líderes democráticos, insertar a sus países en la economía global y reducir dramáticamente la pobreza.
En lo personal, más que una izquierda moderna, creo que la continuidad de políticas racionales y sustentables en Chile se debe a que su clase dirigente logró alcanzar consensos mínimos en 3 o 4 temas de base, y estos acuerdos se respetan a rajatabla.
Tengo disidencias con Lagos, pero creo que comparado con el resto de la región, es un estadista de primer nivel.
Es que ese Lagos, un odiador profesional, puede ganar unas elecciones en Chile pareciéndose a Kichner por ejemplo.
ReplyDeletePerdón, Anónimo, pero no entiendo lo de "ganar elecciones pareciéndose a Kirchner", ¿podrías elaborar un poco más?
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