Se armó un interesante
intercambio de comentarios sobre las nacionalizaciones presentes y futuras en la región y la muy probable
vuelta de Yacimientos Petrolíferos Fiscales en la Argentina. Me pregunto dónde anda Julio, me gustaría conocer su opinión.
No se preocupen, esta vez sale bien.
Después voy a terminar de definir mi opinión sobre la nacionalización, y la voy a postear.
ReplyDeleteLo que puedo decir por ahora es que evo no es tan boludo como parece.
Luis, acá vuelve otro clásico que no tiene nada que ver con el petróleo, pero que igual no deja de ser "clásico":
ReplyDeletehttp://www.lanacion.com.ar/EdicionImpresa/economia/nota.asp?nota_id=804435
Falta que vuelva "Helados Laponia" y estamos todos.
ReplyDeleteCito algunos parrafos del articulo de Alfredo Zaiat, que aporta datos interesantes.
ReplyDeleteEl petroleo no es un commodity como la soja o el trigo, sino que es un bien estrategico como tal tiene que ser tratado. La diferencia obvia, , es que el petróleo y el gas –combustibles, por el momento, imprescindibles para impulsar el motor de la economía mundial– son recursos no renovables Característica que los convierte en estratégicos
Esto no es materia de discusión ni debate en los países centrales, donde el petróleo es considerado una política de Estado. Estados Unidos, por ejemplo, tiene una reserva federal de petróleo,
En Chile la empresa del cobre, la corporación del cobre, que fue estatizada por el gobierno de Salvador Allende, sigue estando en manos del estado chileno a pesar de todo el argumento neoliberal que han desarrollado los economistas. Aquella empresa fundamental, ha seguido en manos del estado. En la Argentina, el equivalente hubiera sido que no se hubiera privatizado YPF. En Chile no se privatizó, por muchas razones: primero porque los aportes que ingresan al tesoro chileno por las exportaciones del cobre rondan en torno a los 1700 millones de dólares por año que van directo a la caja fiscal.
Como en los países desarrollados el petróleo es una política estratégica nacional no requieren de empresas estatales. El investigador de la Universidad del Salvador, Federico Bernal señala que las petroleras y esos gobiernos están íntimamente relacionados. Brinda el ejemplo de Repsol-YPF, una compañía ciento por ciento privada, con un nuevo presidente (el catalán Antonio Brufau) que responde a la política del Partido Socialista Obrero Español en el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Lo mismo sucede con “Total en Francia, donde el presidente francés forma parte de la plana ejecutiva de la compañía”, apunta. “Por eso es fundamental que los países de la periferia –afirma Bernal– tengan una empresa estatal, porque si dejamos librados a que el petróleo caiga en manos privadas, en su mayoría son empresas extranjeras.” Petrobras (Brasil), Pemex (México), PdVSA (Venezuela), PetroEcuador y ahora YPFB (Bolivia), con sus particularidades, son empresas estatales que habilitan, con un mayor o un menor porcentaje pero siempre más de la mitad, la captura de la renta petrolera por parte del Estado nacional. “La Argentina es el único país en el mundo donde el petróleo está en manos trasnacionales”, sostiene Bernal.
En el actual escenario energético regional de recuperación de la renta petrolera y panorama mundial convulsionado por la captura de áreas sensibles, el esquema argentino no sólo ha quedado descolocado sino que también se ha transformado en inconsistente
La Argentina es, además, el país de la región que recibe el porcentaje más bajo de la renta petróleo, incluso con las retenciones móviles hasta el valor del barril a 45 dólares, impuesto extraordinario cuya alícuota quedó congelada en un contexto que el crudo se está acercando al doble de ese valor de referencia. De esa forma el aumento del precio del crudo provoca un constante crecimiento de la renta petrolera en manos privadas, al tiempo que el Estado se queda con una proporción cada vez menor. Cuando se estableció ese esquema de intervención en la ecuación financiera de las empresas, la participación del sector público en esa renta era del 36 por ciento, cuando en el 2001 había alcanzado el 44,6. Pero ese porcentaje del 2004 continuó descendiendo en los años siguientes por la suba del barril. México retiene el ciento por ciento de la renta; Brasil a través de Petrobras, compañía que cotiza en Bolsa, también; Ecuador con la reciente Ley de Hidrocarburos elevó su captura del 18 por ciento adicionándole el compartir el 50 por ciento de las ganancias extraordinarias de las petroleras; Venezuela, según el viceministro de Hidrocarburos, Bernard Mommer, el Estado está percibiendo el 87 por ciento de las ganancias de las empresas mixtas, además de la totalidad de PdVSA, y ahora Bolivia, con el decreto de nacionalización, estableció un mecanismo de distribución de 82 por ciento para el Estado y 18 por ciento para las empresas. Vale recordar que en Chile, que no tiene petróleo pero sí cobre, el Estado retiene el ciento por ciento de la renta de su principal recurso natural. Con más o menos presiones, con gritos o cara de enojados, las petroleras no abandonarán esos países que alteraron las reglas de juego. Y las pocas que puedan hacerlo serán reemplazadas por otras que están haciendo cola para ingresar a esos mercados. Revisando los porcentajes de la distribución de la renta petrolera, el Estado argentino es el más dadivoso. Siempre se dice que la Argentina es una tierra de corazones abiertos, un país generoso.
V, no comparto el punto de vista de que el petróleo constituye un caso especial. Se trata de un commodity más. Lisa y llanamente. Pero aun si consideramos que se trata de una excepción y merece un trato especial, la mejor manera de cuidar un recurso es asignarle un propietario. Te aseguro que nadie, pero nadie, lo va a cuidar más que la empresa que tenga la tarea de explotarlo.
ReplyDeleteSi se trata de una cuestión de más o menos regalías, es cuestión de sentarse a negociar, dentro de la ley y con los contratos en la mano. Lo peor que podemos hacer es no cumplir con los contratos.