Medio país se encuentra enfrascado en la tarea de tratar de entender la entronización del odio y del sectarismo de ayer. Voy a dejar que los análisis los hagan los que saben. Este es el punto de vista de Rubén Blog Bis, de Guillermo Sine Metu y de Isidro Argepundit. Yo sólo tengo algunos comentarios muy sueltos.
Se lo decía a Rubén en un comentario. Más allá de que nos guste o no este presidente, ¿hay necesidad de volver a las “movilizaciones populares”, circa 1950, a esta altura del partido? ¿Por qué todo es tan absurdo y tan passé en la Argentina? ¿No les basta con el servilismo sin límites de oficialismo y oposición, con haber comprado al Congreso de la Nación y haberse llevado puesta a la Suprema Corte? Parece que no, el baño de pueblo se lo tienen que dar “a lo Perón”.
Creo que en fondo, aún los más fervientes seguidores de Kirchner saben perfectamente que se trata de una farsa. Se están burlando en nuestras caras. En el fondo, importa poco el grado de legitimidad o veracidad de todo esto. Lo importante es el circo, el show, el espectáculo para la perrada. Vivimos en una sociedad donde la palabra es mucho más importante que la acción. Amamos los discursos estridentes, nos emocionamos con el verso, nos conmovemos hasta las lágrimas con palabras vacías. La “parla” no implica riesgos, hablar es gratis; solo se equivoca el que hace.
Da una enorme vergüenza ajena escuchar a Kirchner y sus empleados hablar de “pluralismo”, de “espontaneidad”, de “inclusión”. Insisto, se nos están garcando de risa en la cara. O el grado de esquizofrenia es mucho mayor de lo que nos imaginamos. En serio, creo que todo esto es demasiado hasta para un país del nivel de delirio de Argentina. Parece una película de Carreras.
Perdón que siempre vuelva a lo mismo. Creo que aunque duela hay que admitir de una vez por todas que esto es lo que somos. Esto es lo que nos sale del alma. Kirchner no diría estas cosas si no estuviera seguro de los millones de argentos que lo van a ver embobados por la tele. Hay enormes sectores de la sociedad que se sienten representados como nunca con la Argentina post golpe de fines de 2001.
El odio, el rencor, el revanchismo, la envidia, el resentimiento, el deseo patológico de ver fracasar a los otros pueden mucho más. La enorme satisfacción de pegarle al que está caído, al que no se puede defender. Machos muy machos con los blandos y una mantequita con los duros.
Puede ser un horror, pero debemos reconocer que Kirchner es el presidente más argentino de los últimos 30 años. Argento hasta la muerte.
Es el presidente más argentino y el argetino menos presidente.
ReplyDeleteA mi me gustaba como manejaba las cosas el turco, él si que tenía tacto. Vender populismo es facil. Vender liberalismo (aunque sea neo), eso no es tan fácil.
Les pido que me ayuden a hacer memoria. Por lo menos yo no me acuerdo de algún presidente que voluntariamente se autoproclame presidente de sólo una parte de los argentinos. Kirchner no se cansa de repetir que es el presidente de los que piensan como él. Explícitamente excluye al resto de los ciudadanos y habitantes del país.
ReplyDeleteYo no lo vi nunca antes. En su momento seguramente había mucha gente que no se sentía representada por Alfonsín, Menem o De la Rúa, pero estos presidentes hacían un esfuerzo, a su manera, para tratar de elevarse por sobre lo partidario, lo sectorial, lo ideológico.
Paradójicamente, hay mucha gente que se siente representada como nunca por un presidente que abiertamente está orgullos de no representar a todos los argentinos. Creo que nos hemos daño maña para retrotraer la situación del país a las peores épocas de nuestra historia, la de ellos contra nosotros. Muy complicado.