Seguimos con Montenegro, este es el punto de vista de Andrés Cisneros:
Imposible no pensar en Cataluña, las provincias vascas o la Liga del Norte en Italia. Más cercano a nosotros, aunque menos citado por la gran prensa, la siempre presente posibilidad de cesesión boliviana, el tercio del territorio colombiano dominado desde hace mucho tiempo por la insurgencia o el delirio de El Dorado del sur paulista con Uruguay y la parte central de la Argentina, supuestamente más viable si no arrastraran consigo a la Patagonia y la Amazonia. «El mal de la Argentina es su extensión», correspondía a una visión al mismo tiempo ligada a la globalización de aquel entonces y enfrentada con la cultura común de quienes recién se constituían como ciudadanos de un flamante país.
Estás contento con que se separe Montenegro de su anterior opresor comunista?
ReplyDeleteTema complicado. Creo que en líneas generales, y dejando de lado consideraciones legales particulares, cada uno es dueño de hacer lo que más le convenga o tenga ganas. Lo que no podemos dejar de hacer, sin embargo, es hacernos cargo de las consecuencias de nuestras elecciones.
ReplyDeleteA mi lo que me preocupa (parece un tema menor, pero en esos países hay gente) es que Serbia se estaría quedando sin salida al mar. Haría falta saber si tendrá Serbia una servidumbre de paso hacia el adriático, o si directamente tendrán mercado libre.
ReplyDeleteLamentablemente, en el fervor nacionalista, muchas veces se suele contabilizar todos los beneficios de la secesión y se suelen ignorar los costos. Suelen abundan las fantasías y construcciones racionales para justificar la medida y después vienen las grandes sorpresas cuando la realidad las desmiente. No digo que necesariamente sea el caso con Montenegro, pero suele suceder.
ReplyDeleteCreo que más allá de las consideraciones legales particulares, hay que evaluar con mucho cuidado los escenarios antes de tirarse a la pileta.