En la Argentina seguimos batiendo nuestros propios records de despropósitos. Como hasta en los Gloriosos 80s, cuando militábamos entre los “países no alineados”, insistimos en volver a quedar pegados a cuanto estado rufián anda suelto por el mundo.
Ahora grupos de ultraizquierda reciclan localmente la alianza internacional de la izquierda más recalcitrante con el fundamentalismo islámico y se manifiestan a favor del terrorismo palestino.
Mucha gente puede decir que estas cosas pasan en muchos países del primer mundo, y es cierto. Pero esas sociedades se pueden dan el lujo de caer en disparates de tanto en tanto, no tienen que demostrar a nadie que no se trata de países rufianes o de satrapías tercermundistas.
Insisto, es demasiado hasta para la Argentina.
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