Sep 30, 2006


Hace unos días veía en la tele una entrevista en francés a Stephen Harper, el Primer Ministro de Canadá. Me encanta porque le entiendo todo. Mi máxima ambición, realista, es algún día hablar francés como él.

El periodista quebeco trató por todos los medios de hacer que se retracte de su “prematuro y desproporcionado apoyo a Israel” durante la guerra con Hezbollah en el Líbano. Según el hombre de prensa, Harper, horror de los horrores, había abandonado la tradicional postura canadiense de no jugarse por nada ni por nadie y había apoyado abierta y decididamente a la única democracia liberal de la región. Dónde se ha visto.

El respeto por la democracia, la libertad y los derechos individuales de las personas son cuestiones triviales. Lo verdaderamente importante es la corrección política y no ofender a los musulmanes pidiéndoles que se sumen al resto de la humanidad en el siglo XXI. A quién se le ocurre.

1 comment:

  1. El miedo en este caso es contraproducente. El día que caiga definitivamente Israel empezará el ataque a Europa. (por ahora la invasión es pacífica)

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