Seguimos apagando incendios con nafta

Cuando el gobierno comienza a meter mano en el mercado después es muy difícil dejar de hacerlo. A cada regulación, prohibición, distorsión y control le siguen necesariamente nuevas regulaciones, prohibiciones, distorsiones y controles hasta que llega un momento en que es tal el bodrio que la situación se vuelve insostenible y se reconoce la necesidad de cortar por lo sano y volver a permitir que funcione normalmente la oferta y la demanda. Ya lo vivimos tanta veces que llama la atención que no hayamos entendido todavía.

La Argentina constituye uno de los más claros ejemplos en ese sentido. Parece salido de un libro de texto. Siempre que podemos volvemos a las andadas. Nos encanta decirles a los demás cómo tienen que manejar sus negocios, a los precios a los que tienen que vender, las inversiones que tienen que realizar y en qué sectores. Después nos sorprendemos cuando tenemos resultados como los de la Argentina post golpe y devaluación.

Hace años que el país se dirige a paso firme hacia una situación muy complicada en lo energético por la ausencia casi absoluta de inversiones en el sector, producto de las crecientes regulaciones, prohibiciones, distorsiones y controles. Uno de los capítulos más recientes es el de la falta de gasoil en todo el país. ¿Cuál es la reacción del gobierno, argento hasta la muerte? Más regulaciones, prohibiciones, distorsiones y controles.

Si hay problemas con la oferta de combustibles, la solución argentina pasa por poner más trabas para su comercialización. Extraordinario.