Roberto, un amigo de Ecuador, me manda este artículo sobre la victoria de Rafael Correa en las elecciones de ese país. Pobre Ecuador, sinceramente. Me hace acordar tanto a Argentolandia:
¡Aquí no ha pasado nada!
Franklin López
Las libertades económicas en el Ecuador han sido tan conculcadas y por tanto tiempo que no llama la atención el triunfo rotundo de Rafael Correa, un hombre de profundas convicciones socialistas. Hace unos ocho años, Juan José Illingworth, un matemático ex director del Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos calculaba que el 60 a 66% del Producto Interno Bruto estaba en poder del sector público. El Índice de Libertad Económica coloca al Ecuador en el puesto 107 de los 161 países clasificados (Heritage Foundation 2006). La actividad privada se ha ido coartando cada vez más, de tal manera que pocos comprenden y peor aceptan la importancia de las libertades económicas para la convivencia social y el progreso económico. Tal parece como si existiera un rechazo a aprender de las lecciones de la historia y un esfuerzo diseñado para bloquear el progreso.
El problema de la pérdida de libertades económicas radica en los costos “invisibles” que se generan. Por ejemplo, no hace mucho pasó una ley “reglamentando” la tercerización laboral que resumidamente lo que hace es terminar con esta práctica. Pero como los puestos de trabajo que se pierden nadie los ve, ¡aquí no ha pasado nada!
Rafael Correa muy claramente ha expresado su oposición a un Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos. Como nadie ve las exportaciones que no se realizaron o los puestos de trabajo que no se crearon, ¡aquí no ha pasado nada!
Entre sus propuestas está la imposición de un tributo a la expatriación de capitales. Como nadie ve los capitales que no llegaron del exterior, ¡aquí no ha pasado nada!
No estará lejos el día en que logre una ley que controle la tasa de interés que cobran los bancos y las exigencias a la asignación de créditos según el criterio del gobierno. Como nadie nota los créditos y préstamos que no se concedieron, ¡aquí no ha pasado nada!
También ha sugerido un aumento del impuesto a la renta del 25% al 40%. Igualmente, como no se ven las inversiones que no se hicieron y las empresas que no se formaron, ¡aquí no ha pasado nada!
Lastimosamente, el camino a la servidumbre tan bien descrito por Friedrich Hayek, es el camino que hemos seguido los ecuatorianos. Escuelas, universidades, intelectuales, forjadores de la opinión pública de nuestro hemisferio enseñaron y siguen enseñando a los jóvenes que el socialismo y el gobierno son el remedio a nuestro subdesarrollo. La culminación de estas enseñanzas es el triunfo de Rafael Correa. Fuimos perdiendo libertades poquito a poquito, que nunca logramos apreciarlas. El domingo, 26 de noviembre, 2006, el pueblo ecuatoriano dio un paso más hacia el vasallaje, como tampoco lo notaremos diremos como siempre, ¡aquí no ha pasado nada!
Es lamentable que haya perdido el candidato liberal en Ecuador. Seguramente en unos meses estaremos viendo los desastres tìpicos del "nuevo socialismo" del comandante Chàvez y sus sùbditos...
ReplyDeleteEsto tiene un gran problema de fondo, ya que mucha gente no entiende el liberalismo, y sumàndole la pobreza en la que està sumida y en la cual los gobernantes no quiere combatir ya que se acaba la corrupciòn serà muy difìcil que un candidato de la liberta se alce como presidente.
En tiempo màs veremos como resulta "la nueva izquierda"...
Luis, volviendo al tema de Rafael Correa, creo que estaría bueno hacer fuerzas para que el nuevo presidente ecuatoriano termine como sus predecesores Bucaram, Mahuad y Gutiérrez. No sé que opinarás vos.
ReplyDeleteSegún leí hoy en el diario La Nación, buena parte del voto a favor de Correa provino del "voto en contra de Noboa". O sea, lo que hubiese pasado si en Argentina se hacía la segunda vuelta entre Menem y Kirchner.
Puede que Correa no las tenga fáciles en Ecuador. No hay que olvidar que es un país muy inestable, fragmentado, hundido en el estatismo económico que, con seguridad, profundizaría Correa.
Andrés, Creo que Ecuador, como a la Argentina, lo que menos necesitan es que otro presidente más no sea capaz de terminar su mandato. Yo espero sinceramente que Correa no sólo lo termine en tiempo y forma sino que además se de cuenta a tiempo y cambie decididamente el rumbo. Soñar no cuesta nada.
ReplyDeleteIván, Gracias por el comentario, agrego tu blog a los links. Si alguien de 17 años tiene todavía tiene estas ideas, tal vez haya esperanza.
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