Feb 13, 2007

El progresismo en acción


Aparentemente se vienen las elecciones provinciales. La fecha sería el 26 de marzo. Ya empezaron los avisos políticos, escuché varios en la radio. Como parte de la campaña, ayer estuvo de visita Stephen Harper, el primer ministro canadiense, que se reunió con Jean Charest, el primer ministro provincial, para entregar unos 350 millones de dólares en fondos federales para que la provincia pueda cumplir con los sagrados preceptos del “protocolo de Kyoto”. Por supuesto, la cuestión es, siempre que se pueda, quedar bien con plata ajena.

Qué quieren que les diga, me parece un horror. El gobierno provincial va a gastar 350 millones para implementar una solución que todo el mundo sabe que no funciona a un problema que muy probablemente sea inexistente.

Y, al mismo tiempo, se conocieron estadísticas que indican que a pesar de los constantes aumentos del presupuesto, se deteriora rápidamente la situación del sistema de salud. Las demoras promedio en atención han vuelto a los niveles de 2001.

¿Tiene sentido comprometerse a dilapidar miles de millones por año en un disparate como Kyoto en lugar de usar esos recursos para invertir en salud, un problema medible, real, concreto que nos afecta aquí y ahora?

Pero, por supuesto, esta es la gente que tiene el monopolio de la sensibilidad social y de la preocupación por los desposeídos del mundo.

Una locura. Pero, ¡es de chic!

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