Me mata que La Nación, un diario con ínfulas de serio, trate a la esposa de Kirchner por el primer nombre en las noticias que publica. Qué modernos que son. Lo que pasa es que nosotros los péndex somos así, ¿viste?
Abundan las comparaciones entre la candidata a dedo y otras grandes figuras políticas del país. Hoy me entero que para el Sunday Times de Londres, esta mujer sería una “nueva Evita”. Como ya dije antes, me temo que la comparación con la esposa de un ex presidente es válida, pero más que Evita yo la veo mucho más cercana a Isabel.
No aprendemos más. Hablamos de todo esto como si este penoso episodio de nuestra historia tuviera algún tipo de trascendencia histórica, más allá del tristísimo proceso de destrucción institucional, que nos va a llevar años remontar. Parece que no nos damos cuenta de que, como el pomposo proyecto del "tercer movimiento histórico" de Alfonsín, todo este nuevo experimento populista va a terminar en la cloaca de la historia, sepultado por un aluvión diarreico de miseria y atraso.
A propósito de la sumisión
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