
Muy interesante comentario de Mario Vargas Llosa sobre Imperial Grunts, el primer volumen de reportajes de Robert D. Kaplan sobre las fuerzas especiales de EEUU que entrenan a fuerzas de seguridad locales por todo el mundo.
Personalmente me resultan muy interesantes los inevitables paralelismos entre EEUU y la Roma Imperial. Tal vez sean un poco forzados. Tal vez sea más apropiada una comparación con el Imperio Británico del siglo XIX:
Es interesante leer este reportaje teniendo en cuenta los grandes escándalos de abusos a los derechos humanos cometidos por las fuerzas estadounidenses en Irak, por ejemplo, en la prisión de Abu Ghraib y en la base de Guantánamo.
Los derechos humanos, según el testimonio de Kaplan, forman parte central de la formación de estos soldados y, también, de la asesoría y entrenamiento que ellos prestan a los ejércitos nacionales. En sus entrevistas, Kaplan les oye decir una y mil veces que es difícil, a menudo imposible, en el Yemen, Filipinas, Afganistán y otros países, hacer entender a los "locales" que los interrogatorios a los prisioneros deben excluir la tortura y que no se puede matar al enemigo una vez que se ha rendido. Y asiste a clases y conferencias que estos instructores reciben, en las que, con gran precisión de detalles, se describe la frontera entre lo lícito y lo ilícito, aun en lo más violento de la acción.
Cuando deben opinar sobre sus compañeros dados de baja o penalizados por abusos de los derechos humanos, su incomodidad es manifiesta. Aunque es evidente que ese tema solivianta a muchos de ellos, ninguno se atreve a presentar a Kaplan razones de descargo para esos suboficiales y soldados, ahora entre rejas o expulsados de filas por haber torturado o asesinado.
El libro es muy bueno. Kaplan, que es un gran periodista, habla con gran admiración de los soldados americanos. Vale la pena leerlo, a veces es un poco técnico en la jerga militar, pero uno se acostumbra reapido a comprenderla.
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