Más sobre el caos de la UBA. Una de las editoriales de La Nación de hoy se ocupa del tema y coincide con lo que dije por acá, nadie sinceramente se puede sorprender por el estado de la principal universidad del país.
El artículo describe el absoluto descontrol administrativo con el que se “maneja” Shuberofflandia. Creo que a nadie le puede llamar la atención comprobar a ciencia cierta que la UBA hace muchos años que se convirtió en el coto de caza privado de cuanto protodelincuente anda suelto en búsqueda de una carrera como activista político:
El martes último, la opinión pública tomó conocimiento de algo que ya vislumbraba: la increíblemente lamentable situación administrativa y económica en que se encuentra la mayor universidad de la Argentina. El rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Rubén Hallú, no pudo ser más expresivo en su denuncia: "La UBA es un caos". Con esas palabras, advirtió sobre la profunda crisis que afecta a la institución, en la que estudian actualmente 300.000 alumnos.
Parece un mal chiste conocer de boca de su rector que la UBA recibió en menos de dos meses intimaciones de distintas empresas de servicios (electricidad, agua y gas) por el mal estado de las instalaciones en las distintas sedes y facultades; que el sistema de administración financiera da saldos que no coinciden con los fondos existentes en la universidad, o que no hay forma de saber cuántos alumnos, docentes y no docentes trabajan en la UBA. Hallú resumió muy bien los hechos: "La situación es compleja, la universidad es grande y los problemas son muchos".
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