Mar 13, 2007

Me sorprende leer esta editorial de La Nación en oposición a la puesta en marcha del sistema de juicios por jurados populares, tal cual lo establecía la Constitución de 1853 – 60.

Entiendo y comparto muchos de los argumentos. No existen las soluciones mágicas. Nuestra sociedad y nuestro sistema jurídico no están preparados para esa institución. Pero podríamos decir lo mismo de la libertad, los derechos individuales, la democracia, la república y la economía de mercado, por ejemplo. Y, sin embargo, después de décadas de fracasos y frustraciones hemos aprendido, por lo menos en lo formal, que no existe otro camino que el de los gobiernos de origen popular.

Tal vez no sea posible pasar de un día para otro a un sistema totalmente basado en juicios por jurados populares, pero sí una transición paulatina, empezando por los fueros y cuestiones menos complejos.

Actualización:
Más del tema de Guillermo Sine Metu, en una respuesta a una editorial anterior de La Nación sobre el mismo tema.

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