Giles

Una de las Grandes Verdades Universales de la mitología izquierdista es aquella que sostiene que “nosotros somos pobres porque ellos son ricos". Su inspiración es netamente marxista, con el aporte particular del leninismo, y fue popularizada por grandes aportes al mundo de las ideas modernas, como la “teoría de la dependencia” y el “tercermundismo”, hasta convertirse en una de esas cuestiones que ya no se discuten.

El principio de que "nosotros somos pobres porque ellos son ricos” (porque se roban nuestra riqueza) asume que la pobreza es algo negativo, no deseable. Pero resulta que ahora nos enteramos de que en realidad es preferible ser pobre a ser rico. El camino a la felicidad pasa tener cada vez menos. Los pobres son más felices, viven mejor y disfrutan de una mayor calidad de vida.

Por lo tanto, ¿debemos concluir que los “países centrales” nos hacen un favor cuando nos despojan de nuestras riquezas? ¿Es posible que Galeano y sus “venas abiertas” hayan estado equivocados todos estos años y que en realidad Haití y Bolivia son el modelo que debemos seguir en la región?

Ojo, que no es un tema menor. Se trata de un “cambio de paradigma”, como les gusta decir a cuanto chanta pseudocientífico anda dando vuelta por el mundo. Si el camino es ser cada día más pobres, para Latinoamérica el éxito está a la vuelta de la esquina.

Resulta que nos pasamos toda la vida echándoles la culpa a los “países centrales” de causar nuestra pobreza mediante el “saqueo y la explotación” y resulta que ahora nos venimos a enterar de que en realidad nos estaban haciendo un favor. Como ser agradecidos es de bien nacidos, me imagino que se viene una lluvia pedidos de disculpas a nivel oficial y actos de desagravio en todas las universidades públicas del subcontinente.

Es así, vecinos y amigos, en el maravilloso mundo de los que aman decirnos cómo vivir nuestras vidas menos es mejor que más. Si tan solo dejáramos de consumir cosas superfluas seríamos mucho más felices. Como cae de maduro que algo que es superfluo para mí no necesariamente lo es para alguien más, esta gente se reserva el derecho de decidir por nosotros.