Es al gas

En fin, tan predecible que aburre. No nos damos cuenta de estas cosas porque no queremos darnos cuenta.

Hasta fines de la década del 80, con empresas estatales, regulaciones y precios políticos cada bendito invierno faltaba el gas, directamente se cortaba el suministro o, cuando lo había, estaba tan mezclado con aire que no calentaba nada.

Durante los Malditos 90, la Década Perdida, con empresas en manos privadas, desregulación del sector y tarifas que, aunque muy bajas, reflejaban los precios del mercado, desapareció el problema.

En la década del 2000 volvemos a las empresas estatales, esta vez de hecho, y a los precios políticos y, una vez más, vuelven los problemas con el gas y la energía en general al mejor estilo de los años 80. Lo único que nos salvó hasta ahora fueron las enormes inversiones en el sector que se llevaron a cabo en la década anterior. Una vez que terminemos de comernos ese capital, hasta la vista, baby.

Insisto, si seguimos sin aceptar que no todos los gobiernos fueron iguales y que no todo da lo mismo, nunca vamos a ser capaces de determinar cuales son las políticas que funcionan y cuales las que fracasaron siempre.