El gobierno de la provincia presentó el proyecto de presupuesto para el año que viene que se tiene que tratar en la Asamblea Nacional en unos días. El ADQ y el Parti Québécois ya adelantaron que no votarán afirmativamente. Como nadie quiere elecciones en el verano, los liberales están en plenas negociaciones con los muchachos del PQ.
El Gran Problema Gran es que, sin ser nada del otro mundo, el proyecto de Charest incluye unos 950 millones de dólares de rebaja de impuestos, principalmente para la clase media de la provincia. Horror de los horrores. El recorte de impuestos es una cuestión simbólica, no le cambia la vida a nadie ni altera la carga impositiva de la provincia, la más alta de América del Norte. Pero los defensores de pobres y ausentes del PQ se niegan a votar el recorte, básicamente porque es para la “clase media”, y suben la apuesta insistiendo en el aumento del gasto. A pesar de que la provincia se endeuda rutinariamente para cubrir sus obligaciones corrientes.
El gobierno tiene un par de días para avanzar con las negociaciones, que ya se convirtieron en un toma y daca sin disimulo. Según la tradición parlamentaria, si el oficialismo pierde una votación de este calibre, el presupuesto o alguna ley financiera importante, automáticamente debe llamar a elecciones. Serían las segundas elecciones en menos de tres meses.
Insisto, y después hay quienes proponen un sistema similar para la Argentina. Si alguna vez vuelve a funcionar el Congreso de la Nación tendríamos elecciones todos los meses.
a mi me extrana que no les hayan dado ya la independencia para desaherecerse de ellos.
ReplyDeletede todas formas no es un caso unico la europa continental se dan ejemplos de populismo quasi-peronacho constantemente ...