La Dignidad submarina

El “modelo chavista” en acción. Mientras Venezuela se sigue sumergiendo en la pobreza, se dispara la inflación y el desabastecimiento de bienes básicos, Chávez usa los ingresos petroleros record para seguir su tour de compras de armas por el mundo. A los fusiles, helicópteros y aviones de ataque rusos, ahora se le suman submarinos. La Venezuela de Chávez estaría por comprar entre cinco y nueve submarinos convencionales a Rusia, por un monto que oscila entre dos mil y tres mil millones de dólares.

Según Rosendo Fraga, Chávez está alterando el equilibrio militar en la región y puede desatar una carrera armamentista. Ya que estamos en el tema, no sabía que Brasil podría llegar a contar en su flota con un submarino nuclear este año. De locos. Y qué atrás que quedamos en capacidad operativa, impresionante:

La información de que Venezuela compraría en Rusia entre 5 y 9 submarinos confirma que Chávez está generando una carrera armamentista en América latina. A comienzos del año se informó que el gobierno venezolano pediría ofertas para adquirir los sumergibles en Alemania, al consorcio franco-hispano que fabrica el submarino Scorpene, y a Rusia. Dadas las crecientes compras de armas de Venezuela en dicho país y el menor costo de los submarinos rusos, el anuncio transformaba casi en un hecho que se los compraría a la potencia euro-asiática. A fines de junio Chávez visita Rusia y, en dicha oportunidad, se daría el primer paso en este sentido. Si bien el gobierno venezolano no ha confirmado oficialmente la operación, ha trascendido que sería por u$s 2.000 millones. Pero esto sería si se adquieren sólo cinco. De ser nueve, la compra pasaría los u$s 3.000 millones.

Venezuela se convertiría así en la primera potencia submarina de América latina para 2010, superando a Brasil, aunque este país espera contar con un submarino a propulsión nuclear en servicio para ese año. El avance de Rusia sobre el mercado de armas de América latina genera cierta preocupación en el Pentágono, dado que las relaciones Washington-Moscú pasan por un momento difícil por la negativa de Putin a aceptar el despliegue del escudo antimisiles de los EE.UU en Polonia y República Checa.