Jun 26, 2007

Los "liberales" (progresistas, en criollo) en Estados Unidos cuentan con absoluto dominio en diferentes ámbitos en los que diseminan su forma de ver el mundo: universidades, periodismo escrito, TV, Hollywood, escuelas públicas, para mencionar sólo los más importantes. Hay un solo medio en el que son minoría (fuera del electorado, en los últimos años): "talk radio." Diane Feinstein ahora pretende ponerle límites a este medio. Linda democracia la de los demócratas.

4 comments:

  1. Pero la "fairness doctrine" se aplicaría para cualquier tipo de expresión. Entiendo la lectura que hacés relativa a la intencionalidad de la legisladora, pero recordemos que la doctrina fue aceptada como válida por la Suprema Corte, si no me equivoco en el caso Red Lion.

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  3. Como vos hacés mención, mi análisis va más por la parte práctica: me parece patético que los democrátas ataquen al único medio en el que no tienen copada la mayoría de los creadores de opinión.Pero ya que estamos, también estoy en desacuerdo con el “Fairness Doctrine” y el fallo Red Lion de la Corte Suprema de Estados Unidos, esto ya desde un punto de vista estrictamente legal. A mí me parece una flagrante violación al First Amendment. El argumento de la Corte en el fallo es que, por la naturaleza propia (frecuencia limitada) del medio radial, es razonable que un portador de licencia deba compartir su frecuencia con otros. No, no y no. Estamos hablando de radios privadas. Y estamos hablando de cientos de ellas en las que pueden ser vertidas otras ideas en forma libre. No estamos en Cuba donde el aire es manejado por un tipo. En un sistema capitalista, los que tienen que decidir quién está y quién no está en el aire son los oyentes, cuya temperatura es medida por los patrocinadores. Con un poco de elaboración de este tipo le voy a pedir a la Corte que me deje escribir editoriales a favor de la Guerra de Irak en el New York Times, porque sería "razonable y beneficioso" para los lectores del diario más popular del país escuchar las dos campanas. Ese es el famoso fallo El Opinador Compulsivo v. N.Y. Times Corp.

    Ramiro (del Opinador)

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  4. Una mujer que tiene esto enfrente a su casa (no mando foto de la puerta para preservar la intimidad de quienes estaban conmigo) no puede más que pensar de ese modo... de ver esa pseudo obra de arte debe contagiársele la nausea... (por cierto los vecinos la obligaron a rehacer la placita porque aunque es un lugar público ella había arrasado con ella... los vecinos le tiraron de las orejas y tuvo que reponer todo!!)

    (sorry... Blogger no me deja poner la foto... si se les da la gana publicarla la mando por mail)

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