Jul 16, 2007

La ley de la “L”

Elena me manda este artículo sobre la relación entre el bienestar general de una sociedad y la altura de sus habitantes, tesis que ya había escuchado antes:

It's not that being tall actually makes you smarter, richer or healthier. It's that the same things that make you tall — a nutritious diet, good prenatal care and a healthy childhood — also benefit you in those other ways.

That makes height a good indicator for economists who are interested in measuring how well a nation provides for its citizens during their prime growing years. With one simple, easily collected statistic, economists can essentially measure how well a society prepares its children for life.


Hasta acá, muy interesante. Pero me mata el sesgo que le da el autor. Después de liderar a la humanidad en este terreno desde que existe como nación, recién después de la postguerra hay otros países que se acercaron y han comenzado a superar a los EEUU.

Todo esto, lejos de demostrar que el camino a la prosperidad pasa por la libertad individual, la responsabilidad y la búsqueda de la felicidad, para el autor es una clara señal de las perversiones intrínsecas del modelo de EEUU.

Por supuesto, ni se le ocurre mencionar que el fenómeno pueda estar relacionado con el hecho de que EEUU deba absorber anualmente a decenas de millones de inmigrantes de las sociedades más pobres y atrasadas del planeta.

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