Carlos Escudé:
En un episodio típico de una serie televisiva de Hamas, la apenas púber anfitriona Saara se dirige a otra jovencita con la que habla por teléfono: "Sanabel, ¿qué harías tú por la causa de la mezquita Al-Aqsa?" Una tímida vocecilla contesta desde el otro lado de la línea: "Yo dispararía".
Entonces, engalanado con moño y traje de etiqueta, tercia con voz aflautada un ratón de felpa hecho a imagen y semejanza de Mickey: "Sanabel, ¿qué debemos hacer si queremos liberar?" La voz en off interrumpe: "Queremos combatir". Pero el ratón insiste: "Sabemos eso. ¿Qué más?" Sentada a una pequeña mesa, la animadora apunta desde el tubo telefónico: "Queremos " Entonces, la titubeante Sanabel da con la respuesta y afirma con firmeza: "Aniquilaremos a los judíos". Pero Saara la incita a llegar más lejos: "Estamos defendiendo Al-Aqsa con nuestras almas y nuestra sangre, ¿no, Sanabel?". Y con este acicate, la niña del teléfono llega a su determinación final: "Yo cometeré martirio".
Después de un corte, el roedor anuncia: "Mis queridos jovencitos, estamos de regreso en el programa semanal Los pioneros del mañana , donde juntos asentamos los cimientos de un mundo gobernado por islámicos [ ]. Y recuerden que para convertirnos en amos debemos, ante todo, estar contentos con nuestro idioma árabe, que una vez gobernó este mundo".
Qué hacemos los occidentales frente a esto? Nada. Estamos ocupados condenando al gobierno de Estados Unidos por las flagrantes violaciones a los derechos humanos a las que nos tiene acostumbrados.
Cuando nos despertemos, se me hace que va a ser demasiado tarde. Como remata Escudé:
El de Occidente es un síndrome de inmunodeficiencia cultural adquirido.
Te fijaste los comentarios de lectores? de terror!
ReplyDeleteSí. Increíble. Menos mal que Argentina no es parte de occidente... ahí estaríamos super-fritos
ReplyDeleteHay una especie de adoctrinamiento para el resentimiento cultural, ¿no? Los discursos de orientación masiva me producen una sensación horrorosa, sobre todo cuando van dirigidos a personas que aún no han desarrollado una independencia de pensamiento, como--generalmente, no siempre--los chicos. Bueh, ¿qué decir?
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