Insisto, el país se cae literalmente a pedazos y nosotros tiramos alegremente plata por el sueño del misil propio. Es increíble, pero hay tanto, pero tanto, pelotudo* en Argentina que cree que la soberanía y la dignidad pasan por estos disparates.
* Perdón por el término, pero honestamente no se me ocurre otro calificativo para una persona adulta medianamente informada que se entusiasme con estos golpes publicitarios dignos de un país berreta como la Venezuela de Chávez o Irán.
Y lo más patético es que concebir proyectos así cuando un montón de urgencias son postergadas indefinidamente nos hace quedar como quisquillosos iracundos afectados por un profundo complejo de inferioridad. Otra vez, aunque me repita, me parece una actitud muy apátrida.
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