Aug 25, 2007

Más sobre las crecientes arbitrariedades de este gobierno y e caso de Shell. La editorial de hoy de La Nación lo dice mucho mejor que yo.

Pero no se preocupen, esta vez seguro que sale bien:

El gobierno nacional, por intermedio del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, insiste en proferir amenazas de duras sanciones económicas y de penas de prisión cada vez que la realidad se muestra esquiva a sus propósitos de disciplinar la actividad de las empresas a su voluntad. Por su insistencia, el caso de la empresa Shell, a cuyo presidente de la filial argentina quiere meter preso el controvertido funcionario gubernamental, representa un paradigma de este anómalo proceder.

Sobran argumentos para pensar que Shell es objeto de una persecución por parte del gobierno nacional. Pese a que la falta de gasoil fue experimentada por todas las compañías petroleras, la Secretaría de Comercio Interior sólo sancionó a la compañía angloholandesa. Más aún, los estacioneros de Shell que fueron citados como testigos por la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia declararon que la empresa cumplía con los volúmenes de entrega mensual del combustible que exigen las resoluciones oficiales, pero que en ciertos días les ha faltado el producto a raíz del incremento circunstancial y desproporcionado de la demanda, dado que vendían a clientes que no hallaban gasoil en estaciones de otras banderas de la misma zona. Si se admitiera el criterio de que, ante cada faltante de un producto en cada negocio minorista, debería aplicarse una multa al productor mayorista, la Secretaría de Comercio Interior tendría la posibilidad de mandar a la quiebra a todas las industrias del país.

No comments:

Post a Comment

Note: Only a member of this blog may post a comment.