Uno de los pilares principales sobre los que se apoya la tesis del "calentamiento global" es el “hecho irrefutable” de que la temperatura promedio del planeta viene aumentando a medida que pasan los años. De ahí la importancia de los estudios que determinaron que 1998 fue el año más caliente de la historia de los EEUU.
Ahora que la NASA corrigió el estudio y se sabe que en realidad el año más caliente no fue 1998 sino 1934, mucho antes de la explosión de emisiones de gases efecto invernadero, los defensores del “calentamiento global” siguen como si nada, insistiendo con que la nueva evidencia es totalmente anecdótica y no cambia las cosas.
Si estuviéramos hablando de una cuestión científica, por lo menos deberían deterge a reevaluar el nuevo juego de datos.
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